martes, 9 de abril de 2019

Tiempo... Juan 21. 3 - 6; 21. 15 - 17



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Simón Pedro les dijo: Me voy a pescar. Ellos le dijeron: Nosotros también vamos contigo.
Fueron y entraron en la barca, y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amanecía, Jesús estaba en la playa; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Entonces Jesús les dijo: Hijos, ¿acaso tenéis algún pescado? Le respondieron: No. Y Él les dijo: Echad la red al lado derecho de la barca y hallaréis pesca. Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces”.
“Entonces, cuando habían acabado de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos. Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”. 
Juan 21. 3 – 6; 21. 15 – 17.

Dos veces Jesús llamó a Pedro, la primera vez que lo llamó fue cuando estaba pescando (Mateo 4.18) y la segunda vez luego de la resurrección, cuando Pedro nuevamente no había pescado nada (Lucas 5.1-11) y Jesús por segunda vez, llena la red de peces.
De la misma manera que lo llamó, también viene a mostrar que ha resucitado y a recordarle que todas sus palabras son ciertas, pero enfáticamente viene a restituir el amor de Pedro.
Tres veces el Señor Jesucristo le pregunta a Pedro si lo ama, llamándolo por su antiguo nombre, el que tenía antes de su conversión, Simón, hijo de Jonás, para recordarle lo que la Gracia había hecho por él.
¿Por qué le pregunta esto? Porque el que ama cree, no se puede creer sin amar.
Con el amor tenemos la potencia completa para hacer lo que le agrada a Dios, para obedecer a su llamado y seguirle. Sólo quien ama puede seguir a Jesús, por eso Él le recordó a Pedro ese amor, y hoy nos recuerda también a nosotros que Él nos amó primero, dando su vida por nosotros; por lo tanto no dejemos nuestro primer amor, no nos olvidemos quién nos llamó.
Si hemos dejado nuestro primer amor o nos encontramos pasando por una circunstancia difícil, recordemos la advertencia que el Señor hace en Apocalipsis: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras.” (Apocalipsis 2.4 - 5), y sea cual sea el momento de la vida en el que nos encontremos, obedezcamos el llamado de seguirle.
Dios les bendiga abundantemente.

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