sábado, 20 de abril de 2019

Leyendo... Hechos capítulo 10



LECTURA DIARIA:
Hechos capítulo 10

Este oficial romano era un centurión que tenía a su mando cien soldados. Su conversión fue el paso más importante para la difusión del evangelio en la ciudad capital.
Cornelio no era cristiano, pero buscaba a Dios y era un hombre reverente y generoso. De ahí que Dios envió a Pedro para que le hablara de Cristo. Cornelio es un ejemplo de que Dios "es galardonador de los que le buscan" (Hebreos 11.6).
Dios vio la sinceridad de la fe de Cornelio. Sus oraciones y generosidad subieron "para memoria delante de Dios", una ofrenda de sacrificio al Señor. Según la Ley judía, ciertos alimentos estaban prohibidos (Levítico 11). Estas leyes hacían difícil que judíos y gentiles comieran juntos, pues existía el riesgo de contaminación.
La visión de Pedro significaba que no debía ver a los gentiles como inferiores, a quienes Dios no redimiría. Antes de tener esta visión, pensaba que un oficial romano gentil no podría aceptar a Cristo. Después, comprendió que debería ir con el mensaje al hogar gentil y predicarle a Cornelio las buenas nuevas de salvación en Jesucristo. Pedro condujo a Cornelio a Cristo.
La mayoría de los nuevos creyentes eran judíos y para ellos era un escándalo el solo pensar en asociarse a los gentiles. Pero Dios ordenó a Pedro que anunciara el evangelio a un romano y él obedeció echando a un lado su linaje y sentimientos personales.
Dios ratificaba que las buenas nuevas de Cristo son para todos.
Cuando Pedro llegó al hogar de Cornelio, rompió toda la lista de normas judías. Pedro confesó que no se sentía bien, pero aquí encontró una audiencia ansiosa y no pudo reservar para sí su mensaje. Muy pronto empezó a anunciar el evangelio cuando Dios lo confirmó de manera abrumadora al llenar con su Espíritu Santo a esa familia romana. Pedro se dio cuenta que no tenía otra opción sino bautizarlos y recibirlos como iguales en la creciente iglesia cristiana. Se acababa de dar otro paso en llevar el evangelio a todo el mundo. Cornelio es un ejemplo claro de la disposición de Dios para usar medios fuera de lo común para llegar a los que desean conocerlo.
El breve y poderoso sermón de Pedro contiene una declaración concisa del evangelio: la perfecta vida de Jesús como siervo; su muerte en la cruz; su resurrección, de la que Pedro fue testigo; el cumplimiento de las Escrituras en Jesús; y la necesidad de una fe personal en El. Guiados por el Espíritu y centrados en Cristo, el camino, la verdad y la vida.
Ese día en la casa de Cornelio, un nuevo capítulo en la historia cristiana se escribió por un cristiano judío y un cristiano gentil, ambos descubrieron algo importante acerca de la obra de Dios en la otra persona. Cornelio necesitó a Pedro y a su evangelio para saber que podía salvarse. Pedro necesitó de Cornelio y su salvación para saber que los gentiles estaban incluidos en el plan de Dios.
Cornelio quiso que Pedro se quedara varios días. Era un nuevo creyente y dedujo que necesitaba enseñanza y compañerismo.

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