LECTURA
DIARIA:
Hechos
capítulo 19
Efeso
era la capital y el centro comercial principal de la provincia romana de Asia.
Centro de transporte marítimo y terrestre, a la par de Antioquía en Siria y
Alejandría en Egipto, era una de las grandes ciudades en el Mediterráneo. Pablo
permaneció poco más de dos años en Efeso.
Priscila
y Aquila se encontraron con Pablo en Corinto, mientras el apóstol realizaba su
segundo viaje misionero. Acababan de expulsarlos de Roma por el decreto del
emperador Claudio en contra de los judíos. Abrieron su hogar a Pablo, quien
colaboró con ellos en la fabricación de tiendas. Pablo les abrió su corazón,
enseñándoles su riqueza de sabiduría espiritual.
Cuando
oyeron a Apolos hablar, les impresionó su habilidad en la oratoria, pero
llegaron a la conclusión de que el contenido de su mensaje no era completo.
Hasta entonces, Apolos sabía lo que Juan el Bautista dijo en su mensaje acerca
de Cristo. Priscila y Aquila le hablaron de la vida de Jesús, su muerte y
resurrección, y la realidad de la presencia de Dios en el Espíritu. Apolos
continuó predicando con poder, pero ahora con la historia completa. El bautismo
de Juan fue una señal de arrepentimiento de pecados solamente, no un indicio de
nueva vida en Cristo.
Como
Apolos, los creyentes efesios necesitaban más información en cuanto al mensaje
y el ministerio de Jesucristo. Por la fe creían en Jesús como el Mesías, pero
no entendían el significado de la muerte y resurrección de Cristo ni la obra
del Espíritu Santo.
Pablo
impuso sus manos sobre los discípulos, estos recibieron el Espíritu Santo de la
misma forma que los discípulos en Pentecostés.
Al
ser expulsado de la sinagoga, Pablo habló en la sala de conferencias de la
escuela de Tiranno, la que por lo general se usaba en la mañana para enseñar
filosofía.
Había
judíos que viajaban de ciudad en ciudad diciendo que sanaban y echaban fuera
demonios para ganarse la vida. En su conjuro, recitaban a menudo una lista
completa de nombres de diferentes deidades para asegurarse de incluir la deidad
correcta. Aquí trataban de usar el nombre de Jesús en un esfuerzo de igualar el
poder de Pablo. Muchas personas de Efeso participaban de lleno en exorcismo y
prácticas ocultistas para su provecho. Los hijos de Esceva quedaron
impresionados con la obra de Pablo, cuyo poder para echar demonios vino del
Espíritu Santo, no de brujos y, obviamente, era más poderoso que el de ellos.
Descubrieron, sin embargo, que uno no puede controlar ni imitar el poder de
Dios. Estos hombres invocaron el nombre de Jesús sin conocerlo. El poder para
cambiar personas radica en Cristo. No es suficiente recitar su nombre como un
amuleto mágico. El obra solo a través de quienes escoge.
Efeso
se consideraba un centro de magia negra y otras prácticas ocultistas. La
superstición y la hechicería eran prácticas comunes. Dios es claro al prohibir
dichas prácticas (Deuteronomio 18.9-13).
Diana
era una diosa de la fertilidad. La representaba una escultura femenina con
numerosos pechos. Una enorme estatua de ella estaba en el gran templo de Efeso.
Cuando
Pablo predicó en Efeso, Demetrio y sus colegas plateros no estuvieron de
acuerdo con su doctrina. Su enojo era muy grande pues la predicación atentaba
contra sus ganancias. Hacían estatuillas de plata de la diosa efesia Diana y si
la gente empezaba a creer en Dios y desechaba sus ídolos, su fuente de ingresos
sufriría. La estrategia de Demetrio para alborotar a la multitud fue apelar al
amor que la gente tiene al dinero y luego ocultar su codicia tras la máscara
del patriotismo y la lealtad religiosa.
El
alboroto en Efeso convenció a Pablo que era hora de marcharse, pero esto
también le mostró que la ley aún daba cierta protección a los cristianos al
enfrentar la adoración de la diosa Diana, la religión idólatra más grande en
Asia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario