domingo, 14 de abril de 2019

Tiempo... Hechos 4. 11 - 12



TIEMPO DE REFLEXIÓN

"Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Anás, y Caifás, Juan, Alejandro y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; y poniéndolos en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad o en qué nombre habéis hecho vosotros esto? Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo y ancianos de Israel" Hechos 4. 5 – 8


"Este Jesús es la piedra rechazada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos."  Hechos 4. 11 – 12.

Pedro y Juan fueron traídos ante el Sanedrín. Esto ocurrió después que el cojo había sido sanado y Pedro había predicado su segundo sermón. El Sanedrín quiso entonces saber con qué poder y en qué nombre hacían ellos estas cosas.
Pedro fue lleno del Espíritu Santo, lo cual le capacitó para anunciar el Evangelio por medio de la predicación.
Esto es algo que debiéramos buscar; es algo que debiéramos anhelar.
Pedro destacó dos cosas en cuanto al Señor Jesús. La primera, que fue crucificado y que resucitó de los muertos. Y la segunda, que Jesucristo era la piedra, la roca. En Mateo 16.18, vemos que Jesús había dicho: ". . . sobre esta roca edificaré mi iglesia". Ahora, ¿Quién era la roca? La Roca era Cristo mismo. Observemos que Pedro dijo: "Este Jesús es la piedra". ¿Cuál era la piedra? ¿Era la Iglesia, o era Simón Pedro? No. Era el Señor Jesucristo. Como Pedro mismo diría en su primera carta 2.7, Jesús, la piedra que los constructores despreciaron, se ha convertido en la piedra principal del edificio. Esto ha sido logrado por medio de la resurrección. Es evidente que la resurrección es el hecho central en la predicación del evangelio. 
Recordemos que la pregunta fue: ¿Con qué poder y en qué nombre habéis hecho estas cosas? Y después de explicar la fuente del poder, Pedro se refirió al nombre. Es decir que Pedro recordó el nacimiento de Jesús las instrucciones del ángel, en el capítulo 1 del evangelio según San Mateo, versículo 21, cuando el ángel habló con José y le dijo: "Y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". Estimado oyente, Él es el Salvador. Éste fue su nombre desde el principio.
Cuando uno acepta este nombre, lo hace aceptando todo lo que Su persona implica. Y Pedro lo dejó en claro.
No hay otro nombre bajo el cielo que pueda salvarnos. La ley no nos puede salvar. La religión tampoco nos puede salvar. Una ceremonia tampoco puede salvarnos.
Solo uno, el nombre de Jesús nos puede salvar. Jesús es el nombre de aquella persona que descendió a esta tierra para salvar a Su pueblo de sus pecados. Cuando alguien acude a Él por fe, esa persona se salva. No hay otro a quien acudir para poder obtener la salvación. Si acudimos a Él, si confiamos en Cristo, entonces seremos salvo. Ese paso garantiza la salvación.
¿No es interesante que en la larga historia de este mundo, y entre todas las religiones del mundo, con todo el dogmatismo que estas religiones presentan, ninguna de ellas puede ofrecer la certeza de una salvación segura?
Y éste fue también el gran mensaje de Pedro, mensaje que dio mientras estaba lleno del Espíritu Santo.
Dios les bendiga abundantemente.

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