miércoles, 24 de abril de 2019

Leyendo... Hechos capítulo 14



LECTURA DIARIA:
Hechos capítulo 14

Dios capacitó a estos hombres para hacer grandes milagros en confirmación de su mensaje de gracia, pero la gente permaneció a distancia.

Iconio, Listra y Derbe fueron tres ciudades que Pablo visitó al sur de la región de Galacia. Tal vez Pablo escribió una carta a estas iglesias, la de los Gálatas, porque muchos judíos cristianos decían que los gentiles cristianos no podían ser salvos a menos que siguieran las leyes y costumbres judías. La carta de Pablo refutó este argumento y llevó a los creyentes a la verdadera comprensión de la fe en Jesús.
Zeus y Hermes (también conocidos como Júpiter y Mercurio) eran dos dioses populares en el mundo romano. Personas de Listra afirmaban que estos dioses visitaron su ciudad una vez. De acuerdo a la leyenda, nadie con excepción de una pareja de ancianos, les ofreció hospitalidad, de manera que Zeus y Hermes mataron al resto de las personas y premiaron a la pareja de ancianos. Cuando los ciudadanos de Listra vieron los milagros de Pablo y Bernabé, pensaron que los dioses los visitaban. Tomando en cuenta lo sucedido antes, de inmediato honraron a Pablo y Bernabé y les trajeron presentes.
En respuesta a la gente de Listra, Pablo y Bernabé les recordó que Dios nunca "se dejó a sí mismo sin testimonio". La lluvia y la cosecha, por ejemplo, muestran su bondad. Más tarde Pablo escribió que esta señal en la naturaleza deja al hombre sin excusa para su incredulidad.
Pocos días después los de Listra pensaron que Pablo y Bernabé eran dioses y desearon ofrecerle sacrificios; luego apedrearon a Pablo y lo abandonaron para que muriera.
Pablo y Bernabé persistieron en la predicación de las buenas nuevas. Consideraban que el costo no era nada en comparación con la obediencia a Cristo. Acababan de escapar de ser apedreados en Iconio. Sin embargo, los judíos de Antioquía e Iconio seguían buscando la oportunidad para apedrear a Pablo. Lo siguieron hasta Listra y lo hicieron. Pensaron que estaba muerto. Pablo se levantó y volvió a la ciudad para predicar las buenas nuevas.
Pablo y Bernabé volvieron a visitar a los creyentes en todas las ciudades en las que poco antes los amenazaron y atacaron físicamente. Sabían los peligros que enfrentaban, sin embargo creían que tenían la responsabilidad de animar a los nuevos creyentes.
Parte de la razón por la que Pablo y Bernabé arriesgaron sus vidas para volver a estas ciudades fue para organizar el liderazgo de las iglesias.
Pablo quizás escribió su carta a los Gálatas mientras se hallaba en Antioquía (48 ó 49 d.C.) después de finalizar su primer viaje misionero.

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