LECTURA
DIARIA:
Hechos
capítulo 11
La
mayoría de los judíos creyentes pensaban que Dios ofrecía salvación solo a los
judíos porque Él les dio su Ley (Éxodo 19-20).
Un grupo en Jerusalén creía que
los gentiles podrían salvarse, pero solo si seguían todas las leyes y
tradiciones judías, en esencia, si se convertían al judaísmo.
Dios
escogió a los judíos y les enseñó sus leyes de manera que llevaran el mensaje
de salvación a toda la tierra. Cuando Pedro trajo la noticia de la conversión
de Cornelio a Jerusalén, los creyentes se sorprendieron de que hubiera comido
con gentiles. Luego de oír toda la historia, sin embargo, empezaron a alabar a
Dios (11.18).
Dios
prometió mediante las Escrituras que El alcanzaría a los gentiles. Esto empezó
con su promesa general a Abraham y vino a ser muy específica en la declaración
de Malaquías: "Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es
grande mi nombre entre las naciones" (Malaquías 1.11).
La
defensa de Pedro por comer con gentiles fue una declaración simple de lo
sucedido. Llevó consigo seis testigos para respaldarle, luego se refirió a la
promesa de Jesús acerca de la venida del Espíritu Santo (11.16). Las vidas de
los gentiles cambiaron y era toda la evidencia que Pedro y los otros
necesitaban.
Las
cuestiones intelectuales terminaron y la discusión teológica finalizó con el
informe de que Dios derramó su Espíritu Santo entre los gentiles. Este era un
punto decisivo para la iglesia primitiva. Tenían que aceptar a los que Dios
eligió, aunque fueran gentiles. Pero la alegría por la conversión de los
gentiles no era unánime. Esto continuó siendo un problema para algunos
cristianos judíos del primer siglo.
Cuando
la iglesia aceptó el testimonio de Pedro de que el evangelio era también para
los gentiles, el cristianismo corrió en áreas gentiles y un gran número se
convirtió. Las semillas de esta obra misionera se hizo visible después de la
muerte de Esteban cuando persiguieron y dispersaron a muchos judíos creyentes,
los cuales una vez establecidos difundieron el evangelio.
Fue
en Antioquía donde los cristianos comenzaron su misión mundial y donde los
creyentes predicaron a los gentiles (a los que no eran judíos que no adoraban a
Dios).
A
excepción de Jerusalén, Antioquía jugó un papel muy importante en la iglesia
primitiva, más que cualquier otra ciudad. Después de Roma y Alejandría,
Antioquía fue la ciudad más grande en el mundo romano. En Antioquía se fundó la
primera iglesia gentil y fue allí donde a los creyentes se les llamó cristianos
por primera vez (11.26).
Bernabé
nos da un ejemplo maravilloso de cómo ayudar a los nuevos cristianos. Demostró
una fe sólida; ministró con alegría, bondad y estímulo; y les enseñó lecciones
acerca de Dios.
A
Pablo lo enviaron a Tarso para protegerlo del peligro después de que su
conversión causó un alboroto entre líderes judíos en Jerusalén. Allí permaneció
algunos años antes de que Bernabé lo fuera a buscar para ayudar a la iglesia en
Antioquía.
Bernabé
y Pablo permanecieron en Antioquía durante todo un año enseñando a los nuevos
creyentes. Pudieron haber ido a otras ciudades nuevas, pero vieron la necesidad
de preparar y conservar los resultados.
No
solo hubo profetas en el Antiguo Testamento, sino también en la iglesia
primitiva. Su papel fue presentar la voluntad de Dios a las personas e
instruirlas en la Palabra de Dios. Algunos, como el caso de Agabo, tenían el
don de predecir el futuro.
Hubo
una seria hambruna durante el reinado del emperador romano Claudio (41-54 d.C.)
debido a una sequía que se extendió en gran parte del Imperio Romano durante
varios años. Es interesante notar que la iglesia de Antioquía ayudó a la
iglesia de Jerusalén. La iglesia hija creció lo suficiente como para ayudar a
la iglesia establecida. La gente de Antioquía se sintió motivada a dar con
generosidad porque se encargaron de las necesidades de otros. Los ancianos se
elegían para dirigir los asuntos de la congregación. En este aspecto, no se
sabe mucho acerca de sus responsabilidades, pero al parecer su papel principal
era satisfacer las necesidades de los creyentes.
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