viernes, 20 de octubre de 2017

Un momento... UNA FAMILIA CRISTIANA

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
UNA FAMILIA CRISTIANA

La familia cristiana, donde ambos padres pertenecen al Señor, es infinitamente más que solo un refugio contra el mal. Es un santuario en medio de un mundo sin DIOS y sin Cristo, donde las preciosas almas de los hijos son guardadas de su contaminadora influencia. El hogar cristiano es un refugio donde DIOS y Cristo son reconocidos, y donde Su Espíritu mora, donde Su Palabra brilla, como la lámpara y lumbrera de la casa.
Aun cuando el pecado ha entrado en el mundo y lo ha dañado todo, la introducción de Cristo en las relaciones de familia hacen de ellas una esfera para las operaciones de gracia y activo despliegue de la vida divina que tenemos en Cristo, de modo que la mansedumbre, la ternura, la mutua ayuda y abnegación, ejercidas en medio de las dificultades y dolores que el pecado ha causado, imparten a estas relaciones un encanto y una profundidad que solo la presencia de DIOS puede dar. 
El verdadero hogar cristiano es donde al Señor se le da Su justo lugar y donde cada miembro de la familia obra conjuntamente en armonía conforme a la mente y propósitos de DIOS, donde el amor de DIOS es conocido y derramado en el corazón y es el elemento gobernante en el hogar. 
Aquí la palabra de DIOS es leída y puesta en práctica, y donde se escuchan la oración y la alabanza. 
En Deuteronomio 11. 18 - 21 DIOS nos da una bella descripción de lo que Él desea ver en cada hogar. DIOS desea que Su palabra sea puesta en el corazón de los padres y atada como señal sobre sus manos. Ellos han de enseñar esa palabra a sus hijos continuamente y escribirla sobre los postes de su casa y en sus portadas. La promesa es dada entonces de que sus días serán multiplicados, y de que serían "como los días de los cielos sobre la tierra". Tal es la bendición de un verdadero hogar cristiano, donde la Palabra de DIOS es amada, obedecida y a la cual es dado su verdadero lugar. 
Pero esto sólo puede ser cuando la Palabra de DIOS es atesorada por encima de todo lo demás por los padres, y la familia gobernada de acuerdo con sus preceptos. Entonces la Palabra de DIOS será vista sobre los postes y las portadas, y los hijos nutridos en sus instrucciones y andando en el camino de la verdad. 
Si los padres no aman la palabra de DIOS y andan de acuerdo con ella, ¿cómo puede esperarse de sus hijos que la amen y la obedezcan?
Porciones de la Palabra de DIOS fueron literalmente colocadas sobre las puertas y los portales y atadas sobre las manos de los israelitas temerosos de DIOS.
Si la casa donde vivimos no tiene un buen arquitecto se derrumba, así también nuestra familia se puede derrumbar si no permitimos que Cristo la edifique. 
Por ello el salmista nos dice: “Si Jehová no edificare la casa…” (Salmo 127.1).
La ayuda de Dios es indispensable en un buen diseño familiar. Él debe ser nuestro arquitecto. Él anhela construir hogares felices, donde se honre y obedezca su nombre. Lo temporal es vano, pero lo que DIOS hace permanece para siempre.
DIOS quiere que amemos a nuestros hijos y les valoremos. Preocupémonos por darles no solo educación secular, sino además educación cristiana.
Podemos lograr tener una familia feliz si seguimos las instrucciones bíblicas, si permitimos que DIOS diseñe nuestro hogar, si damos el valor a nuestros hijos que le corresponde y si establecemos en ellos una correcta dirección.
Dios les bendiga abundantemente.

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