martes, 10 de octubre de 2017

Un momento... PUEDES SER BELLA

La imagen puede contener: una o varias personas, crepúsculo y cielo

UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
PUEDES SER BELLA.

Ser bella es un deseo de toda mujer. Quisieran oír una receta mágica que con rapidez, facilidad, eficacia y sin sacrificios las pusieran en el plano de ser BELLAS automáticamente. Que maravilloso sería.
Pero, no parece que es algo tan fácil de lograr, ni han inventado aún el remedio que anhelan.
Pero… ¿Qué parámetro están usando para lograr la belleza que buscan?
Están buscando la belleza en tener una figura con medidas perfectas acordes a su edad y estatura.
O tal vez buscan la belleza en tener un cutis fresco, bien cuidado y humectado con buenos productos para mantenerlo joven. Quizás han configurado la belleza en una hermosa cabellera larga, brillosa, ondulada y con el color de moda.
O más aún, han pensado que solo culminaría la belleza si pueden vestir acorde a la última línea de moda que puede llamar la atención de cualquier mirada.
¿Por dónde están buscando la belleza? ¿En la apariencia externa y nada más?
¿Y qué de la belleza interna? ¿No lucharían igual por embellecerse interiormente?
El libro de Proverbios 15. 13 dice: “El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate”.
También en el capítulo 31.30 dice: “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, esa será alabada”.
En 1 Samuel 16.7 dice: “Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.
Para DIOS una mujer bella es aquella que embellece su corazón y logra de esa manera mejores beneficios para su vida y la de los demás.
En la primera carta del apóstol Pedro capítulo 3 versículos 3 y 4 dice: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, o de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”.
No es contrario a las Escrituras que una mujer quiera ser atractiva.
Pero la belleza, sin embargo, empieza dentro de la persona. Un carácter gentil, modesto, amoroso da una luz al rostro que no puede ser duplicado ni por el mejor cosmético ni por la mejor joya del mundo. Un peinado cuidadoso y un exterior muy bien decorado es una apariencia artificial y fría a menos que esté presente la belleza interior. 
Con un corazón limpio, puro, apacible, manso, sumiso, amoroso, misericordioso, dadivoso, agradecido, alegre y dispuesto, serán capaces de reflejar la BELLEZA que tanto desean, no solo a otros sino sobre todo a DIOS.
El temor de DIOS que reina en el corazón, es la belleza del alma, y dura para siempre.
Dios les bendiga abundantemente.

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