miércoles, 18 de octubre de 2017

Leyendo... Salmo 27


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LECTURA DIARIA:
Salmo 27

Las dos palabras clave en este Salmo son confianza y enemigos. A pesar de la persecución por los enemigos el salmista confía en Dios. 
El temor es una sombra negra que nos envuelve y finalmente nos aprisiona dentro de nosotros mismos. Pero se puede vencer el temor por medio de la luz libertadora de Dios que nos da salvación. Es obvio que David estaba pasando por una prueba, pero tenía la confianza de que en esta vida presente Dios lo ayudaría a salir del apuro. David sabía por experiencia lo que significaba esperar al Señor. Había sido ungido rey a la edad de dieciséis años, pero no fue rey sino hasta que tuvo treinta. Mientras tanto, el celoso rey Saúl lo estuvo persiguiendo por todo el desierto. David tuvo que esperar en Dios en cuanto al cumplimiento de su promesa de que algún día sería rey. Más tarde, después de convertirse en rey, se vio perseguido por Absalón, su hijo rebelde. Esperar en Dios no es fácil. A menudo parece que no está respondiendo a nuestras oraciones o que no comprende la urgencia de nuestra situación. Esa clase de pensamiento implica que Dios no lleva las riendas o que no es justo. Pero vale la pena esperar en Dios. 
Dios utiliza la espera para refrescarnos, renovarnos y enseñarnos. 
El Salmo es un ejemplo, en el A.T. de lo que dice Romanos 8.31: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” 
La confianza en el Señor vence el miedo. La fe en el Señor, echa fuera el temor. La salvación libra de la destrucción, la fortaleza en el Señor, vence a los enemigos. La dependencia en el Señor, evita el desamparo. La sabiduría en el Señor, ilumina el camino. La seguridad en el Señor, alienta el corazón: ¡Sí, espera en Jehová!

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