martes, 3 de octubre de 2017

Un momento... LA MUJER TAL COMO DIOS LA DISEÑÓ

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA MUJER TAL COMO DIOS LA DISEÑÓ

DIOS ve a la mujer limpia, pura, justificada y restaurada. Desde el principio, la mujer fue creada para tener un papel importante en la sociedad.

“Entonces Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño profundo y mientras dormía, le sacó una de las costillas y le cerró otra vez la carne. De esa costilla Dios el Señor hizo una mujer, y se la presentó al hombre, el cual, al verla, dijo: "¡Esta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar 'mujer', porque Dios la sacó del hombre." Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona. Tanto el hombre como su mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza de estar así”. (Génesis 2. 21 – 25).
Pero en el Jardín del Edén, el enemigo (satanás) la engañó, al hacerle creer que lo que DIOS le había dado no era suficiente, que necesitaba más conocimiento, una mejor posición, más talento.
“La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer: – ¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín? y la mujer le contestó: –Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos. Pero la serpiente le dijo a la mujer: –No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios. La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió”.
(Génesis 3. 1 – 6).
DIOS ya había puesto en ella todo lo que le haría falta para desa¬rrollar el papel de ayuda idónea para su esposo, pero ella escogió creerle a satanás, y, en cierta manera, buscó usurpar el lugar del hombre y de DIOS. Por consiguiente, recibió en su cuerpo las consecuencias de este acto, así como también el dolor, el rechazo y el odio que a través de toda la historia ha tenido que soportar.
“Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón. A la mujer le dijo: –Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti”. (Génesis 3. 15 - 16).
A pesar de eso, DIOS siempre la ha dignificado. Aun cuando la sociedad no le dio el lugar que merecía. DIOS no creó a la mujer para ser menospreciada, sino para tomar un lugar en su creación, un lugar que ningún otro ser puede llenar.
Quizá, de alguna manera, han experimentado un desprecio en sus vidas, un rechazo, un momento en que el bienestar físico, emocional y espiritual hayan sido completamente ignorado por el deseo egoísta y cruel de otro ser humano, o simplemente, por su indiferencia. Si es así, el anhelo de DIOS es el de asegurarle su valor como persona y como mujer.
DIOS desea formar una hermosa relación de pacto con cada una de sus hijas.
Si han sido dañadas y rechazadas por el mundo, las cicatrices son reales y profundas. Posiblemente hayan pasado años desde su experiencia, y todavía no ha logrado sanarse. Quizá, nunca se han borrado de su mente las palabras despreciativas que haya oído acerca de su persona.
Pero DIOS llega con el aceite de su Espíritu, que trae sanidad, y unge su corazón con él. Permita que llegue hasta lo más profundo de su ser, hasta las heridas más escondidas de su corazón, porque tiene poder para sanar y restaurar las áreas más afectadas de su vida.
Dios les bendiga abundantemente.

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