viernes, 6 de octubre de 2017

Un momento... JESÚS Y SU CONSIDERACIÓN HACIA LA MUJER

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
JESÚS Y SU CONSIDERACIÓN HACIA LA MUJER

Como DIOS, no se conformó con crear al varón sino que decidió formar de sus huesos una ayuda adecuada para él, el hombre necesita de la mujer y ésta del varón. Ella no es sólo la madre, la compañera, la esposa, la amiga, la hija, la hermana, la abuela; ella es la mejor imagen de la Iglesia en la Biblia, es decir la Esposa de Jesucristo.
DIOS tiene en Su mente omnisapiente y creativa la imagen de un ser dulce, misericordioso, laborioso, humilde y de aspecto bello, con la maravillosa capacidad de traer a la vida otros seres humanos. Este ser no es un hombre ni es un ángel; este ser en el cual ha puesto aquellos dones es la mujer.
Si bien es cierto que la caída del ser humano, según el relato de Génesis, comenzó por la desobediencia de la mujer, las descendientes de Eva fueron honradas con el nacimiento del Salvador del mundo a través de María, "bendita entre las mujeres", "llamada bienaventurada por todas las edades".
La primera maldición recayó con mayor peso sobre la mujer, pero el número crecido de mujeres en nuestras iglesias indica que DIOS tuvo en mira que la gracia que Él concedió al género humano fuese todavía más abundante para aquella que fue la primera en pecar y sufrir.
La mayoría de los hombres judíos y griegos tenían puntos de vista negativos sobre las mujeres, pero Jesús trató a las mujeres con dignidad y respeto. Él las vio no en términos de su género sexual, sino en términos de su relación con DIOS. Él sanó a varias mujeres, echó demonios fuera de ellas y resucitó de los muertos a los hijos de ellas.
Aunque los rabinos judíos decían que los hombres no debían hablar con las mujeres, Jesús contaba a las mujeres como Sus amigas. “Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro” (Juan 11.5). 
En una ocasión que Jesús estaba visitando Betania, “una mujer llamada Marta lo recibió en su casa” (Lucas 10.38). Marta era la dueña de la casa; y ella trataba de cumplir con su rol. Su hermana María estaba “sentada a los pies del Señor, y escuchaba lo que Él decía”. Pero Marta estaba ocupada preparando la comida, y le pidió a Jesús que le dijera a María que la ayudara.
Los rabinos decían que a las mujeres no se les debía enseñar la Escritura, así que María estaba eludiendo un rol típico de las mujeres para poder hacer algo que estaba normalmente conferido a los hombres. Pero Jesús no “la puso en su lugar”. Más bien, Él dijo que ella había escogido el lugar correcto en ese momento. “…Sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará”. El crecimiento espiritual es más importante que los deberes domésticos.
Las mujeres fueron llamadas a ser discípulos de Jesús, así como lo fueron los hombres, y se esperaba que las mujeres cumplieran sus responsabilidades espirituales, así como se esperaba lo mismo de los hombres”.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento destacan la actividad evangelizadora y de servicio que ella siempre ha desplegado. 
Dice Salmos 68:11 “El Señor daba palabra; había grande multitud de LAS que llevaban buenas nuevas.” 
Y en el Nuevo Testamento se destaca como compañera de los apóstoles, diaconisa, profeta, líder, madre y esposa. 
El apóstol Pablo enseña: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5.25). 
Además, la ubica en igualdad de derechos frente a DIOS, pues dice: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3.28).
Dios les bendiga abundantemente.

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