sábado, 21 de octubre de 2017

Un momento... MUJERES DE LA BIBLIA: DRUSILA la esposa de Félix

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
MUJERES DE LA BIBLIA: DRUSILA la esposa de Félix.

"Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe de Jesucristo" (Hechos 24. 24)

Drusila era de Edom. Era la hija de Herodes Agripa y había nacido en el año 34 D. de C. Drusila profesaba la religión judía. Cuando oyó a Pablo en Cesárea aún no tenía veinte años, a pesar de que ya habían ocurrido muchas cosas en su vida. Era famosa por su hermosura. 
A los dieciséis años se había casado con el príncipe Azizo, rey de Emesa. Pero, el gobernador romano Félix la conoció en un festival en la corte, y se interesó en ella. Cuando Félix envió a Drusila un nigromante judío, Simón, con una invitación personal, Drusila abandonó la corte de Azizo y se dirigió a Cesárea, donde se casó con Félix. Ante la ley judía evidentemente el matrimonio era ilegal. 
Drusila no tuvo inconveniente en aparecer en público como la esposa de Félix. Drusila llevaba un año viviendo con el gobernador romano cuando Pablo llegó a Cesárea en circunstancias que pueden leerse en el capítulo 23 del libro de Hechos. 
Es posible que cuando Pablo fue llamado ante el tribunal de Félix, para responder a las acusaciones de los judíos, capitaneados por Tértulo, Drusila se hallara presente en la sala, si bien no hallamos confirmación de esto en el libro de Hechos. Pero sí hallamos allí que a los pocos días, Félix y Drusila, los dos conversaron en privado con él respecto a la fe de Cristo.
No sabemos exactamente qué ideas se cambiaron en esta conversación, pero no parece improbable que Pablo aprovechara la ocasión para dejar claro en oídos de Drusila, que de nombre por lo menos todavía era judía de religión, cuáles eran los requerimientos éticos de la ley mosaica y las consecuencias de su infracción. 
Este se evidencia en el versículo 25, donde se nos dice que Pablo disertó sobre «la justicia, el dominio propio y el juicio venidero», en términos tales que el nuevo esposo de Drusila, Félix», «se aterrorizó y dijo: «Vete por ahora; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.»
Es probable que Drusila se burlara de Pablo y de sus ideas sobre el dominio propio y la justicia. 
Los propios razonamientos de un corazón envanecido es la raíz de toda injusticia. 
DIOS muestra una y otra vez Su Voluntad, habla a los corazones llevándoles a arrepentirse; pero los razonamientos y la propia sabiduría son una gran oposición para Su Reino. 
Los grandes emperadores y senado romanos, los grandes gobernadores y reyes de aquellos tiempos, profesaban ser muy sabios, incluso llegaron a declarar divinidad en el César. Profesando, pues, ser tan sabios, cambiaron la gloria de un DIOS incorruptible por imágenes de hombres, como César, aún de animales a quienes les dieron calidad de dioses. Esta es la razón de muchas inmundicias, perversiones, etc. 
Dice el apóstol Pablo que deshonraron sus propios cuerpos en pasiones vergonzosas, teniendo relaciones sexuales fuera de sus matrimonios, teniendo amantes sin mayor problema, y aún llegando hasta ver las relaciones homosexuales como algo natural. (Romanos 1. 21 – 27).
No sabemos nada más de Drusila por la Biblia, pero este mismo hecho parece indicar que su conciencia no quedó afectada muy profundamente, y en todo caso su conducta no lo mostró. 
Josefo, el historiador judío, nos cuenta que Drusila murió en la erupción del Vesubio que sepultó a Pompeya y Herculano. Drusila había ido allí, precisamente unos pocos días antes de la erupción con su único hijo, Agripa, y pereció sepultada por la lava.
Drusila había deshonrado su fe judía, había rechazado a Cristo, abandonado a su esposo y vivía en pecado. Drusila supo cuán «horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo».
Dios les bendiga abundantemente.

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