domingo, 29 de octubre de 2017

Un momento... MUJERES DE LA BIBLIA: DÉBORA UNA MUJER EN EL LIDERAZGO

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
MUJERES DE LA BIBLIA: DÉBORA UNA MUJER EN EL LIDERAZGO.

“Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio”.
(Jueces 4. 4 – 5)

No es común que se considere a las mujeres como principales protagonistas de los diferentes episodios de la historia de la salvación del Pueblo de DIOS. En el Antiguo Testamento, quizás las únicas ocasiones sean las historias de Rut y Noemí, la reina Ester y la Juez Débora.
Mientras que Rut y Ester tienen sus propios libros en la Biblia, la historia de Débora ocupa sólo 54 versículos del libro de los Jueces y por ello frecuentemente se pasa por alto.
La historia de Débora se sitúa tras la conquista de Canaán cuando las doce tribus de Israel, lideradas por Josué, empezaron a asentarse en la Tierra Prometida. Pero Canaán no estaba vacío, sino que en ella residían otras tribus, lo cual generaba problemas políticos, territoriales, culturales y religiosos que frecuentemente terminaban en conflictos armados. Cuando estos surgían, las tribus de Israel se agrupaban a modo de federación para unir sus fuerzas. Era entonces cuando de entre todos se designaba un líder para guiarlos en las batallas. A esos líderes se les llamaba Jueces. El libro de Jueces narra las historias de 12 de esos líderes militares, entre los que se encuentra Débora. Ella destaca no sólo por ser la única Juez femenina, sino también porque es una de las pocas mujeres calificada como profetisa en la Biblia (otras son Miriam, Huldá, Ana y las hijas de Felipe).
Débora emerge como Juez cuando el rey cananeo de Azor, Jabín, había subyugado a los israelitas. Entonces ella llama a Barac para que éste dirija las tropas contra Sisara, el general de Jabín. Pero Barac, atemorizado por los 900 carros de combate de Sisara, acepta su nombramiento con la condición de que Débora lo acompañe al campo de batalla. Ella accede pero profetiza que no será Barac quien destruya a Sisara, sino que lo hará otra mujer. La batalla finalmente tomó lugar y, aunque los israelitas resultaron vencedores, Sisara logró escapar y esconderse en la tienda de Jael, la mujer de un aliado suyo. Esa noche, mientras que Sisara dormía tras haber sido recibido por Jael, ésta tomó un clavo de la tienda y se lo clavó en la sien al general cananeo.
De esta forma se cumplió la profecía de Débora y las tribus de Israel vivieron en paz 40 años. Ante la cobardía de Barac y el poderío de Sisara, se alzan la valentía de Débora y la determinación de Jael, dos mujeres que liberan al Pueblo de DIOS y protegen la Tierra Prometida.
DIOS llevó a cabo una gran victoria a través de una mujer. Barac contribuyó a la misma, pero las alabanzas no recayeron sobre el. Débora era poderosa porque la movía el Espíritu del Señor. De El recibía su inspiración y el fuego de su corazón. Su heroísmo se contagió a todos aquel día.
DIOS siempre invita al liderazgo de acuerdo a las necesidades del momento. A veces la llamada tiene lugar cuando menos lo esperamos, o la invitación es a quien menos lo imaginamos.
Nuestros retos están en saber escuchar y responder a su llamada en nuestras vidas y en reconocer el liderazgo de los demás. Cuando aceptamos ser líderes dentro de nuestra propia comunidad, cuando ponemos nuestros talentos al servicio del Reino de DIOS y cuando cooperamos con todos en la misión que Cristo nos ha encomendado, entonces ya no habrá lugar para el pesimismo, la indiferencia y la desesperanza.
Dios les bendiga abundantemente.

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