UN MOMENTO CON DIOS
Arquitectos de nuestro destino
“El jefe le contestó: “Tú eres
un empleado malo y perezoso, pues si sabías que yo cosecho donde no sembré y
que recojo donde no esparcí, deberías haber llevado mi dinero al banco, y
yo, al volver, habría recibido mi dinero más los intereses.” Y dijo a los
que estaban allí: “Quítenle las mil monedas, y dénselas al que tiene diez
mil. Porque al que tiene, se le dará más, y tendrá de sobra; pero al que
no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil,
échenlo fuera, a la oscuridad. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.”
(Mateo 25. 26 – 30)