UN MOMENTO CON DIOS
Nunca desmayemos
“Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas”. (Josué 1. 9)
Josué fue elegido por Dios
para ser el sucesor de Moisés. ¡Tremenda responsabilidad! Sin embargo, Dios le
dice que debía esforzarse y ser valiente, no tener temor, ni tampoco desmayar.
Josué tenía un objetivo desafiante que alcanzar y una congregación difícil de
guiar, por eso Dios le da estas instrucciones.
“Desmayar” en hebreo
es kjatát que significa “postrado por violencia, derribado por
confusión y temor, acobardado, amedrentado, intimidado”. Alude a una persona
que se ha quedado en el suelo después de haber recibido un duro golpe.
Emocionalmente hablando, es una persona desanimada, desmotivada, deprimida por
una situación adversa.
Muchos hombres y mujeres de
Dios pasaron por circunstancias tan difíciles que llegaron a sentir que estaban
a punto de desmayar. David, en uno de sus Salmos, lo expresó de esta manera:
¡Clamo a ti desde los confines de la tierra, pues ya mi corazón desfallece!
Llévame a una roca más alta que yo”. (Salmo 61. 2)
Hay personas que nos hacen
desmayar. No es fácil sobrellevar relaciones con personas negativas,
incrédulas, injustas, hasta burlonas. A veces podemos sentir que no solo
estamos perdiendo la paciencia sino nuestro ánimo. Dios sabe cómo motivarnos
para seguir adelante.
“No nos cansemos, pues, de
hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” (Gálatas 6. 9)
El mismo Dios que estuvo con
Josué está contigo. Y las palabras con las que lo alentó a seguir adelante, son
las mismas con las que quiere animarte hoy.
La fortaleza frente a los
desafíos que nos plantea el Señor nunca viene de nosotros mismos. Cuando
creemos en lo que nos ha prometido y no en nuestros sentimientos, Él nos da la
capacidad y la valentía para seguir adelante y hacer Su voluntad.
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario