UN
MOMENTO CON DIOS
Cuidado
con los lobos
"Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los llamados, amados en Dios Padre y guardados para Jesucristo: Misericordia, paz y amor os sean multiplicados. Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos. Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo." (Judas 1. 1 – 4)
Cuando
éramos niños nos contaban el cuento del lobo y los corderitos. Estos corderitos
su madre les dejaba solo en casa y le avisaba de que había un lobo que quería
comérselas y cuando la madre se marchó así fue, apareció el lobo, llamando a la
puerta y pidiendo que abrieran. En sus primeros intentos no lo consiguió, hasta
que consiguió convencerlas de que era una oveja disfrazándose y ellas abrieron
la puerta y el lobo se las comió. La enseñanza era muy sencilla, si abres la
puerta y tus padres no están en casa te comerá el lobo.
Judas
quiere llamarnos la atención sobre lo mismo y nos dice, cuidado a quien
escuchas y a quien sigues, estate atento para ver a quien abres tu corazón:
“Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los llamados, amados en
Dios Padre y guardados para Jesucristo: Misericordia, paz y amor os sean
multiplicados. Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de
nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a
contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a
los santos. Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales
desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten
la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y
Señor, Jesucristo."
En este
tiempo de libertad tan grande en que vive la sociedad, nos ha llegado este
estilo a la iglesia, de manera que no es de extrañar ver tantas y tantas
iglesias con doctrinas equivocadas, que creyendo seguir a Dios no hacen más que
seguir a otros hombres y sus mentiras.
Hombres
a los que se les han aparecido ángeles, que han recibido nuevas revelaciones,
que centran sus enseñanzas más en lo importante que es el ser humano para Dios
en lugar de la centralidad de Cristo y su obra en la cruz.
¡Cuidado!
¿Estamos dejando nuestra alma en manos de las personas correctas? ¿Estamos
confiando en Dios o estamos confiando en hombres usados por satanás? No todo el
que se dice siervo de Cristo es siervo de Él, sino aquel que predica la verdad,
habla de la cruz, habla de la redención por gracia y pone a Cristo como centro
de todas las cosas.
Que peligroso
es leer o escuchar a aquellos que intentan alegrar nuestros oídos, a aquellos
que prometen cosas inciertas, a aquellos que parecen haber tenido revelaciones
maravillosas, pero no olvidemos que satanás es el rey de la imitación y a muchos
ha engañado a lo largo de la historia.
Leamos
Dios
les bendiga abundantemente.
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