jueves, 11 de abril de 2024

Un momento... Cuidado con los lobos

 


UN MOMENTO CON DIOS

Cuidado con los lobos

 

"Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los llamados, amados en Dios Padre y guardados para Jesucristo: Misericordia, paz y amor os sean multiplicados. Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos. Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo."   (Judas 1. 1 – 4)

 

Cuando éramos niños nos contaban el cuento del lobo y los corderitos. Estos corderitos su madre les dejaba solo en casa y le avisaba de que había un lobo que quería comérselas y cuando la madre se marchó así fue, apareció el lobo, llamando a la puerta y pidiendo que abrieran. En sus primeros intentos no lo consiguió, hasta que consiguió convencerlas de que era una oveja disfrazándose y ellas abrieron la puerta y el lobo se las comió. La enseñanza era muy sencilla, si abres la puerta y tus padres no están en casa te comerá el lobo.

Judas quiere llamarnos la atención sobre lo mismo y nos dice, cuidado a quien escuchas y a quien sigues, estate atento para ver a quien abres tu corazón: “Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los llamados, amados en Dios Padre y guardados para Jesucristo: Misericordia, paz y amor os sean multiplicados. Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos. Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo."

En este tiempo de libertad tan grande en que vive la sociedad, nos ha llegado este estilo a la iglesia, de manera que no es de extrañar ver tantas y tantas iglesias con doctrinas equivocadas, que creyendo seguir a Dios no hacen más que seguir a otros hombres y sus mentiras.

Hombres a los que se les han aparecido ángeles, que han recibido nuevas revelaciones, que centran sus enseñanzas más en lo importante que es el ser humano para Dios en lugar de la centralidad de Cristo y su obra en la cruz.

La Biblia al respecto es muy clara, Pablo escribe "'me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema. Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema." (Gálatas 1. 6 – 9)

¡Cuidado! ¿Estamos dejando nuestra alma en manos de las personas correctas? ¿Estamos confiando en Dios o estamos confiando en hombres usados por satanás? No todo el que se dice siervo de Cristo es siervo de Él, sino aquel que predica la verdad, habla de la cruz, habla de la redención por gracia y pone a Cristo como centro de todas las cosas.

Que peligroso es leer o escuchar a aquellos que intentan alegrar nuestros oídos, a aquellos que prometen cosas inciertas, a aquellos que parecen haber tenido revelaciones maravillosas, pero no olvidemos que satanás es el rey de la imitación y a muchos ha engañado a lo largo de la historia.

Leamos la Biblia, estudiémosla, confortemos nuestro corazón y huyamos de aquellos que predican un evangelio diferente, huyamos de ellos porque no son más que instrumentos del maligno.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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