UN MOMENTO CON DIOS
Somos responsables de nuestras
decisiones
“Estás embarazada, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque el Señor ha escuchado tu aflicción”. (Génesis 16.11)
Si Dios escucha, como señala
el significado del nombre Ismael, el niño no debería haber sido expulsado del
campamento de su propio padre. Si Dios escucha, él no tendría que haber casi
muerto de sed en el desierto. Si Dios escucha, él no tendría que pasar por
ninguna dificultad. No podría sufrir, no podría.
No sé qué ideas cruzaban por
la cabeza de Ismael cuando escuchaba su nombre, pero sí sé qué ideas cruzan por
las cabezas de la mayoría de la gente del siglo XXI cuando sufren, cuando las
cosas no van bien, cuando las cosas no salen como a ellos les hubiera gustado.
¿Dónde está Dios?
“¿Por qué esto me pasa a mí?”
y “¿Qué hice para merecer esto?”, son las típicas preguntas del ser humano
(incluso de cristianos) cuando alguna situación lo incomoda. Desde un problema
pequeño hasta la muerte brutal de un ser querido, son motivos y razones para
preguntarnos si Dios escucha.
En el caso de Ismael, la
historia señala que sus problemas comenzaron con el nacimiento de Isaac. Hasta
ese momento, él era el hijo de Abraham. Cuando “el hijo de la promesa” nace, la
situación cambia radicalmente. De heredero, pasó a ser “el otro”.
Ismael no pidió nacer. No tuvo
culpa por nada de lo que sucedió antes de su nacimiento, pero sí es
responsable por la actitud de burla que tomó para con Isaac. Definitivamente,
no debió ser nada fácil ser consciente de que todo lo que había creído durante
los trece años de su vida se desplomaba con la llegada de Isaac.
Dios escucha, pero no es un
hada madrina que soluciona todos nuestros problemas sin importar lo que
hagamos. Dios no está malcriando seres humanos arrogantes, pasándoles la mano
por la cabeza a pesar de sus actitudes y acciones equivocadas.
Cada uno es responsable por
las actitudes que toma. Es natural que Ismael haya actuado así frente a Isaac,
pero la decisión final de menospreciarlo y de tratarlo mal fue de él.
Quizás, hoy nos toque sufrir
alguna pérdida o tengamos que cambiar, a la fuerza, algún punto de vista. Podemos
contar con Dios, quien nos escucha y nos ama más allá de nuestras decisiones
equivocadas.
Dios les bendiga abundantemente.
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