Los primeros nueve capítulos de 1 Crónicas constituyen un importante fundamento para la historia de la dinastía davídica de Judá, al seguir la genealogía de David hasta el mismo Adán.
La Biblia guarda silencio en cuanto a la autoría del libro de Crónicas. Primero de Crónicas cubre el mismo período que 1 y 2 Samuel, sin embargo, sus genealogías se remontan hasta Adán.
Después de tres años de estar sometido a los babilonios, Sedequías se rebeló inútilmente, lo cual precipitó el sitio final de Jerusalén por Nabucodonosor.
Josías comenzó a reinar cuando tenía apenas ocho años. Su reinado fue largo de treinta y un años. Tuvo grandes tutores que le enseñaron junto con su madre la fe en Dios.
Manasés hizo lo malo ante los ojos de Dios. Nació 3 años después que su padre Ezequías sano. Tuvo un reinado largo, pero no significa que Dios le bendijo.
Ezequías el nuevo rey de Judá comenzó a reinar cuando en Israel su rey tenia tenía 3 años de reinado. Su padre Acaz fue el peor rey de Judá. Reinó en Jerusalén veintinueve años.
El rey Joás de Israel ya tenía 2 años en el poder cuando Amasias comenzó a reinar en Judá. Su padre Joás había comenzado muy bien su reinado pero al final se aparto de Dios.
Mientras Joás reinaba en Judá, en el año 23 de su reinado, comenzó a reinar Joacaz hijo de Jehú. Aquí comienza el cumplimiento de la promesa de Dios hecha a Jehú, que tres generaciones reinarían.
Jehú tenía ya 7 años como rey de Israel cuando Joás ascendió al trono de Judá. Tuvo un largo reinado gracias a que fue dirigido por el sacerdote Joiada.
Atalia era hija de la terrible Jezabel y Acab, reyes de Israel, y fue esposa de Joram, rey de Judá. Ella tenía las mismas malas características que su madre, era despiadada y malvada.
La orden que habia recibido Jehú era de acabar con todos los varones de la casa de Acab. Los principales de Jezreel y los ancianos estaban con temor a Jehú, después de oír que había matado a Joram.
Eliseo envía a uno de los profetas a ungir a Jehú como rey de Israel. Jehú estaba a cargo de la fortaleza en Ramoth de Galaad, el ungimiento que el joven profeta haría tenía que ser en secreto.
Eliseo alerta a la mujer que había llegado a ser madre gracias a la oración del profeta, y a cuyo hijo luego había resucitado Eliseo, de un gran hambre que azotaría la región.
Lo que iba a decir Eliseo venia directamente de Dios, no de él, el hambre terminaría. Las mercaderías se realizaban a la puerta de la ciudad. Era increíble que los precios de los alimentos bajaran porque estaban por las nubes y que pudieran comerciar a la puerta de la ciudad porque estaban rodeados.
Los hijos de los profetas, ahora discípulos de Eliseo observaron una necesidad que tenían y se lo dijeron al profeta. No buscaban lujos sino espacio suficiente para vivir juntos.
Una viuda de uno de los hijos de los profetas en gran desesperación se acercó a Eliseo. Su esposo había muerto y ahora unos acreedores le reclamaban una deuda sino tendrían que trabajar para ellos como esclavos hasta pagarla.
Este libro continúa la historia iniciada en 1 Reyes, aunque habla también de las rebeldías e infidelidades del pueblo de Dios, peo también nos ofrece varios relatos de esperanza, fidelidad y heroísmo.
Habia paz en la región de Israel, los sirios fueron con los últimos que habían peleado. A pesar de haber problemas entre Judá e Israel el rey Josafat fue a ver a Acab.