LECTURA DIARIA:
2 de Reyes capítulo 7
Lo que iba a decir Eliseo venia directamente de Dios, no de él, el hambre terminaría.
Las mercaderías se realizaban a la puerta de la ciudad. Era increíble que los precios de los alimentos bajaran porque estaban por las nubes y que pudieran comerciar a la puerta de la ciudad porque estaban rodeados.
El mensajero regreso al rey para darle el mensaje de Eliseo, el rey se encontraba con un príncipe, era un cortesano del rango más alto. El príncipe fue incrédulo al mensaje de Dios.
Eliseo le aseguro al príncipe que lo que decía Dios lo cumpliría, pero el príncipe no podría disfrutar de las bendiciones de Dios.
Cuatro hombres leprosos que no podían entrar en la ciudad y no tenían quien les alimentara. Los sirios no aislaban a los leprosos así que era la única esperanza que tenían para vivir y se fueron hasta el campamento de ellos.
EL campamento de los sirios estaba abandonado con todas sus pertenecías, porque Dios causó un gran miedo en los enemigos al sentir ruido de caballos y pensar que era un ataque. Fue tal el temor que dejaron todo, huyeron de la nada, el miedo se apodero de ellos.
Antes los leprosos estaban muriendo de hambre y no tenían donde posar, ahora tenían en abundancia y un lugar donde estar.
Pero tuvieron miedo de que les quitaran el botín, pero a la vez sintieron que debían avisar en la ciudad a los guardias.
Ellos sabían que los guardias podrían llevar el mensaje y les contaron lo sucedido lo cual era increíble.
El rey pensó que todo era una trampa de los sirios, pero Dios usó a un siervo
para aconsejar al rey. El siervo recomendó que enviara una comitiva a explorar el territorio.
Los mensajeros informaron la buena noticia al rey. La gente desesperada y hambrienta se apresuro a saquear los campamentos.
Dios fiel a su palabra cumplió exactamente lo que había dicho.
El precio de los productos alimenticios bajo, tal como Eliseo lo había profetizado.
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