sábado, 22 de abril de 2017

Leyendo... 2 de Reyes capítulo 20


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LECTURA DIARIA:
2 de Reyes capítulo 20

Ezequías cayó enfermo en el mismo año de la invasión de Asiria. La enfermedad de Ezequías era muy grave y seria, solo un milagro le salvaría.
Ezequías oró y lloró ante Dios. Ezequías sabía que había una promesa para los reyes rectos.
Dios contestó rápidamente la oración de Ezequías, la respuesta vino de la boca de Isaías.
Dios tuvo misericordia de Ezequías y lo sanaría de esa enfermedad. La palabra era que el rey tendría que al tercer día ir al templo para recibir la sanidad.
Dios no solo sanaría a Ezequías, sino que le daría 15 años más de vida. Esta vez, Dios usaría un remedio para curar la enfermedad que tenia Ezequías.
Dios pudo haberlo sanado sin nada, pero lo hizo a través de este ungüento.
Dios fue paciente y también le concedió saber con seguridad que viviría. Dios le dio la oportunidad a Ezequías que eligiera la señal. Ezequías pidió que la sombra retrocediere 10 grados, es decir, 10 pasos.
Y Dios milagrosamente hizo retroceder la sombra 10 pasos ante los ojos del rey.
Al parecer Babilonia mantenía una buena relación con Ezequías. EL rey de Babilonia se preocupó por la salud de Ezequías.
Erróneamente Ezequías le mostró a los enviados del rey todo el reino.
Isaías dice a Ezequías que Babilonia tomaría sus tesoros y se llevaría cautivo a toda la casa de Ezequías. Sus hijos trabajarían con el rey, pero ya no tendrían descendencia por ser eunucos.
Ezequías le dijo a Isaías que esa palabra era buena, porque sabía que eso no sucedería en sus días, el rey pensaba solo en él y no en los demás.
Dios permitió que militarmente se recuperara. El estanque y el conducto que realizó fue un proyecto que permitió llevar agua a la ciudad.
A pesar de los 15 añadidos, Ezequías como todo hombre murió. Siguió el linaje de Ezequías, pero cayó en manos de su hijo Manasés, quien llevo al pueblo a la idolatría nuevamente.

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