UN MOMENTO CON DIOS
La medida con la que medimos
«Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.» (Lucas 6. 38b)
Pensemos en nuestras
relaciones con los demás en términos de llenar un cubo (balde) y derramar su
contenido sobre esas personas.
Teniendo esto en mente,
consideremos dos factores importantes:
Primer factor, ¿Qué hay en tu
cubo? Jesús señala una serie de cosas que podemos escoger para
derramar sobre los demás: cosas materiales, amor, buenas acciones, dinero,
misericordia y perdón. Una lista realmente impresionante. Sin embargo, el Señor
llama a sus seguidores a una medida aún más elevada. Nos ordena dar a los
egoístas, amar a nuestros enemigos, hacer bien a quienes nos maltratan, prestar
sin esperar que nos devuelvan, y extender perdón y misericordia a quienes no lo
merecen.
¿Por qué nos llama ÉL a una
acción tan extrema? Porque como hijos de Dios se espera de nosotros que
tratemos a los demás de la misma manera que ÉL los trata a ellos,
porque "ÉL es benigno para con los ingratos y malos" (v.
35).
El segundo factor a considerar
es el tamaño de nuestro cubo. Cristo dice que seremos medidos conforme a cómo
midamos a los demás (v. 38). Pero también nos dice que no esperemos ninguna
recompensa de quienes tratamos con amabilidad (v. 35). La recompensa final por
nuestra actitud amorosa y compasiva vendrá, no de ellos, sino de Dios.
¿Qué estamos derramando sobre
los demás cada día?
Al cubrirlos de compasión,
exhibamos el carácter de nuestro Padre Celestial y demostremos que somos Sus
hijos. Utilicemos un cubo grande lleno de amor y de bondad, y descubriremos que
el Señor usa un cubo aún más grande para prodigar Su bondad sobre nosotros.
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario