viernes, 15 de marzo de 2024

Un momento... Dios nos libra de nuestros enemigos

 


UN MOMENTO CON DIOS

Dios nos libra de nuestros enemigos

 

“Líbrame, Señor, de mis enemigos porque en ti busco refugio”. (Salmo 143. 9)

 

Hay muchos enemigos que pueden rodear nuestra vida y tratar de quitarnos la libertad.  Pero debemos saber que el Señor está dispuesto a librarnos de cuatro comunes enemigos.  El temor, La culpabilidad, la inferioridad y el odio.  Terribles verdugos que quieren oprimir nuestra alma.

El temor: La importancia al tratar el temor es sacar a la luz el objeto de nuestros temores y encararlo francamente.  La vida humana está llena de temores secretos que se esconden en los desvanes y rincones oscuros de la personalidad.

La culpabilidad: En cuanto a la culpabilidad si es por haber pecado el mejor remedio es pedir perdón porque muchas veces hemos estado dolorosamente turbados, por lo que, se llama mala conciencia, siendo que en realidad se trata de una conciencia que tiene remordimiento y no verdadero arrepentimiento por lo echo.

La inferioridad: Un sentido de inferioridad e impotencia interfiere el logro de nuestras esperanzas, pero una confianza en sí mismo conduce a una realización personal y un exitoso resultado.  Es terrible pensar cuan elevado es el número de personas que se frustran y se sienten miserables debido a la enfermedad que popularmente se llama complejo de inferioridad. 

El odio: Los médicos están en lo cierto cuando dicen que el resentimiento, el odio, el rencor, la mala voluntad, los celos, el ser vengativo, son actitudes que producen la enfermedad.  Cuando tenemos un ataque de ira, sentimos aquella aguda sensación en el estómago.  Las reacciones químicas que se desencadenan en el organismo debido a los estallidos emocionales afectan nocivamente nuestra salud.  Si este estado de cosas perdura bien sea en forma violenta o bien en forma constante, se dará un deterioro en las condiciones generales del organismo”. 

Pero la buena noticia es que el Señor quiere librarnos de esos enemigos que nos afectan y no permiten que podamos disfrutar la vida en abundancia que el Señor Jesús nos quiere dar.

Entreguemos todos estos sentimientos negativos al Señor y el nos librará de todos estos enemigos y nos dará la victoria sobre ellos.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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