UN MOMENTO CON DIOS
Un doble vocabulario
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca sino la que sea buena para la necesaria edificación a fin de dar gracia a los oyentes.” (Efesios 4. 29)
La manera de hablar de una
persona revela lo que hay en su corazón. De un corazón limpio y puro brotarán
palabras limpias y puras y de un corazón sucio y contaminado brotará un
lenguaje sucio y contaminado.
La palabra “corrupto” o
“corrupta” significa “algo que está podrido o descompuesto” y que generalmente
emiten malos olores. Existen muchos malos olores, pero uno de los peores es el
mal aliento del alma contaminada por el pecado.
La única solución a esto es la
intervención de Cristo por el poder del Espíritu Santo. ÉL cambia el corazón y
automáticamente se cambia la manera de hablar. Como cristianos no podemos tener
un doble vocabulario.
En la iglesia todos parecemos
santos, pero es en la vida cotidiana donde se revela nuestra verdadera
identidad cristiana. Es en medio de nuestros compañeros de trabajo, por
ejemplo, donde el vocabulario de ellos es sucio contaminado y detestable, donde
tenemos que manifestar la pureza de nuestro corazón expresada en una manera de
hablar diferente que bendiga el ambiente contaminado.
Nadie puede controlar nuestra
lengua a menos que Cristo primero intervenga para limpiar nuestro corazón.
¿No estamos cansados de tener
un doble vocabulario? Es posible ocultar nuestra verdadera identidad ante los
hombres, pero no ante Dios pues ÉL ve lo oculto y reservado del corazón.
Dios les bendiga abundantemente.
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