UN MOMENTO CON DIOS
Removamos los obstáculos
“Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto." (Juan 11. 39 – 41)
Cuando Jesús llegó a la aldea,
ya Lázaro estaba muerto desde hacía cuatro días. De acuerdo a la costumbre
judía había que esperar tres días para declarar oficialmente y con toda
certidumbre la muerte de una persona.
En este caso no había duda
alguna de la muerte de Lázaro, y cuando Jesús dijo que quitaran la
piedra del sepulcro, Marta le dijo: “Señor, hiede ya, porque es de
cuatro días.” En otras palabras: ¡no hay ninguna esperanza!
Marta sólo podía ver lo que
todos veían: una tumba cerrada por una piedra y dentro un cuerpo descompuesto.
Jesús podía ver más allá. ÉL podía ver la gloria de Dios a pesar de las
circunstancias.
Por eso Jesús le dijo a
Marta: “¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de DIOS?” En
ese momento, por la gracia del Espíritu Santo, Marta quitó de su
vida "la piedra" de la duda e incredulidad e inmediatamente
después sucedió el milagro. Cuando quitaron la piedra del sepulcro, Lázaro
salió caminando para el asombro de todos los presentes.
Cuando el tiempo pasa y no
vemos que las circunstancias mejoran, nuestra fe puede comenzar a decrecer y
podemos caer en un estado de duda e incredulidad.
Este pasaje nos muestra que no
es en nuestro tiempo cuando los milagros suceden, sino en el tiempo del Señor y
de acuerdo a Su voluntad. Al igual que Marta y María, debemos acudir al Señor
cuando estamos en medio de una prueba, pero entonces debemos esperar a Su
tiempo y a Su voluntad.
Lo segundo que debemos hacer
es creer de todo corazón que Dios tiene el poder para resolver nuestro
problema, aunque a nosotros y a todo el mundo a nuestro alrededor parezca que
no hay ninguna esperanza. “Nada hay imposible para Dios”, dice Lucas 1. 37.
Y en Mateo 21. 22 Jesús dijo: “Todo lo que pidiereis en oración, creyendo,
lo recibiréis.”
Es necesario que quitemos toda
piedra que está impidiendo que Dios haga milagros en nuestras vidas. Entre la
persona de Jesús y el muerto, Lázaro, estaba la piedra que tapaba el sepulcro.
Jesús tenía todo poder para
mover esa pesada roca, pero les pidió a ellos que la quitasen. ¿Por qué lo
hizo? Porque corresponde a nosotros remover la piedra o el obstáculo que impide
que se lleve a cabo el milagro de Dios.
Lo fue en aquella oportunidad
y hoy también es necesario eliminar de nuestras vidas las piedras de
incredulidad, falta de integridad, inmundicia, idolatría, contiendas, rencores,
en fin, todo tipo de pecado y todo aquello que no glorifique el nombre de Dios.
Entonces la gloria y el poder de Dios se manifestarán abundantemente en
nuestras vidas.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario