jueves, 14 de marzo de 2024

Un momento... Removamos los obstáculos

 


UN MOMENTO CON DIOS

Removamos los obstáculos

 

 “Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto."  (Juan 11. 39 – 41)

 

Cuando Jesús llegó a la aldea, ya Lázaro estaba muerto desde hacía cuatro días. De acuerdo a la costumbre judía había que esperar tres días para declarar oficialmente y con toda certidumbre la muerte de una persona.

En este caso no había duda alguna de la muerte de Lázaro, y cuando Jesús dijo que quitaran la piedra del sepulcro, Marta le dijo: “Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.” En otras palabras: ¡no hay ninguna esperanza!

Marta sólo podía ver lo que todos veían: una tumba cerrada por una piedra y dentro un cuerpo descompuesto. Jesús podía ver más allá. ÉL podía ver la gloria de Dios a pesar de las circunstancias.

Por eso Jesús le dijo a Marta: “¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de DIOS?” En ese momento, por la gracia del Espíritu Santo, Marta quitó de su vida "la piedra" de la duda e incredulidad e inmediatamente después sucedió el milagro. Cuando quitaron la piedra del sepulcro, Lázaro salió caminando para el asombro de todos los presentes.

Cuando el tiempo pasa y no vemos que las circunstancias mejoran, nuestra fe puede comenzar a decrecer y podemos caer en un estado de duda e incredulidad.

Este pasaje nos muestra que no es en nuestro tiempo cuando los milagros suceden, sino en el tiempo del Señor y de acuerdo a Su voluntad. Al igual que Marta y María, debemos acudir al Señor cuando estamos en medio de una prueba, pero entonces debemos esperar a Su tiempo y a Su voluntad.

Lo segundo que debemos hacer es creer de todo corazón que Dios tiene el poder para resolver nuestro problema, aunque a nosotros y a todo el mundo a nuestro alrededor parezca que no hay ninguna esperanza. “Nada hay imposible para Dios”, dice Lucas 1. 37. Y en Mateo 21. 22 Jesús dijo: “Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”

Es necesario que quitemos toda piedra que está impidiendo que Dios haga milagros en nuestras vidas. Entre la persona de Jesús y el muerto, Lázaro, estaba la piedra que tapaba el sepulcro.

Jesús tenía todo poder para mover esa pesada roca, pero les pidió a ellos que la quitasen. ¿Por qué lo hizo? Porque corresponde a nosotros remover la piedra o el obstáculo que impide que se lleve a cabo el milagro de Dios.

Lo fue en aquella oportunidad y hoy también es necesario eliminar de nuestras vidas las piedras de incredulidad, falta de integridad, inmundicia, idolatría, contiendas, rencores, en fin, todo tipo de pecado y todo aquello que no glorifique el nombre de Dios. Entonces la gloria y el poder de Dios se manifestarán abundantemente en nuestras vidas.

Dios les bendiga abundantemente.

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