UN MOMENTO CON DIOS
Nuestro mañana está en manos
de Dios
“Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero.» ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece. Más bien, debieran decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.» Pero ahora se jactan en sus fanfarronerías. Toda esta jactancia es mala. Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace.” (Santiago 4. 13 – 17)
La única certeza de la vida es
que es incierta. Tal como nos lo recuerda el pasaje de hoy, “no sabéis
cómo será vuestra vida mañana.”
El billonario norteamericano y
experto en bienes raíces Larry Silverstein puede dar testimonio de la verdad de
este texto. Aunque era dueño de una gran cantidad de propiedades en la ciudad
de Nueva York, según su propio testimonio, él estaba obsesionado con el deseo
de añadir a sus posesiones las dos torres gemelas del World Trade Center.
Su sueño, finalmente, se hizo
realidad cuando obtuvo un arrendamiento por 99 años de ese majestuoso centro
por valor de 3,200 millones de dólares. Apenas seis semanas después de haber
completado la transacción, esos imponentes rascacielos fueron totalmente
destruidos por el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001.
Tristemente, el cumplimiento
de nuestros sueños a veces se puede convertir en una pesadilla. Esto nos
recuerda, no sólo la incertidumbre de la vida, sino también la necesidad de
alinear nuestros deseos con la voluntad de Dios.
En Su inmensa sabiduría y
omnisciencia, Dios conoce tanto el presente como el pasado y el futuro, y por
lo tanto tiene toda la información necesaria para hacer planes perfectos, lo
cual para nosotros es imposible. Y como ÉL nos ama tanto, Sus planes serán
siempre de bendición para nuestras vidas.
Cuando ponemos nuestra
confianza en Dios, y sometemos nuestros planes a Su voluntad podemos disfrutar
Su paz en medio de la incertidumbre de la vida. Cada uno de nosotros tiene
deseos e ilusiones que son legítimas, pero como no conocemos el mañana debemos
aplicar la enseñanza del pasaje bíblico de hoy. En vez de presumir que nuestros
planes y sueños se cumplirán como nosotros queremos, debemos decir: «Si el
Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»
Hagámonos el propósito de
acudir a Dios antes de poner en práctica cualquier plan. Pongamos todo en Sus
manos, aún aquello que nos parece muy simple, y demos gracias
anticipadamente. Confiemos, entonces, que nuestros deseos se cumplirán conforme
a la voluntad de Dios, y recibiremos abundantes bendiciones, aunque el
resultado final no sea exactamente como nosotros originalmente lo pensamos.
Dios les bendiga
abundantemente.
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