lunes, 4 de marzo de 2024

Un momento... Espíritu de compasión

 


UN MOMENTO CON DIOS

Espíritu de compasión

 

 “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y el Dios que siempre nos consuela.  Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros.” (2 Corintios 1. 3 – 4)

 

La vida puede tener sus momentos embarazosos o de torpeza, como cuando llegamos a una puerta al mismo tiempo que otra persona y sucede aquello de: -"Pase usted."- -"No, no, por favor pase usted."- -"No, de verdad, pase usted primero."-

O cuando nos encontramos en un ascensor con la única persona en el mundo a quien no soportamos y nos sentimos muy incómodos, que no sabemos si salirnos del ascensor o no.

O cuando alguien, a quien conocemos, pierde un ser querido en la familia y tenemos que conversar con esa persona. Puede ser un momento muy embarazoso porque en realidad no sabemos qué decir.

Podría ser la primera vez que hayamos tenido que consolar a alguien y tenemos miedo de decir algo desatinado, o de no saber cómo comunicar que nos importa de veras lo que sucede.

No tratemos de ser profundo ni de pronunciar un gran discurso. Limitémonos a ser sinceros y cálidos en nuestras condolencias y a mencionar que nos interesa y que vamos a orar por eso. Podría ser suficiente decir: "No sé qué decir, pero siento mucho lo que te sucede (2ª Corintios 1. 3 - 4)

Una buena manera de acercarnos es ofrecer nuestra ayuda práctica ante cualquier necesidad que tenga la persona.

Tengamos cuidado de no hacer comparaciones. La consolación por comparación, sobre todo al principio, no es bálsamo para la herida.

Evitemos frases hechas como: "él se encuentra en un lugar mejor" o "sólo necesitas tiempo", suenan huecas y sin sentido ante una verdadera aflicción.

No dejemos de preocuparnos por la persona. Después que pasen unos meses, no olvidemos que el dolor sigue presente.

Consolar en medio de la desesperación no tiene por qué ser torpe. Con amor y ternura puedes ayudar si tenemos espíritu de compasión.

Dios les bendiga abundantemente.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario