UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
OBEDIENCIA LA CLAVE EN LA VIDA CRISTIANA
Desde que nacemos aprendemos la desobediencia; desde pequeños, en casa con papá y mamá, los niños se van acostumbrando a mentir porque ven que sus papás lo hacen. No le podemos enseñar a nuestros hijos obediencia con trucos, con mentiras; si queremos que el niño obedezca, debemos marcar una línea por donde conducirse y cuando la pasen, darles el castigo que merece.
El niño necesita límites.
La desobediencia es un verdadero problema. DIOS no puede tener al lado suyo gente desobediente.
Los planes de DIOS se llevan adelante con gente obediente, porque cuando DIOS pide alguna cosa, debemos estar dispuestos a hacerla, aun cuando sea algo que no le gusta a nuestra carne o no se anima a hacerlo; tenemos que darnos cuenta que lo que DIOS nos pide siempre es lo correcto.
Para ser obediente tenemos que ser humildes, los desobedientes son soberbios, estos siempre tendrán una excusa o una explicación de por qué no obedecieron, pero el obediente con humildad obedece.
Muchas veces nos preguntamos ¿Podrá hacer algo DIOS conmigo o no?
La respuesta es sí, si tenemos un corazón dispuesto para DIOS; esto significa tener un corazón obediente.
Para tener un corazón dispuesto es necesario entender la obediencia.
La obediencia forma parte de la naturaleza de Cristo; la Biblia dice que Cristo fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Él era obediente y tenía un corazón dispuesto para DIOS. (Filipenses 2. 8).
Una de las tareas del Espíritu Santo sobre el creyente es pulirlo, trabajarlo, con tal que se transforme en una persona obediente; si duele no importa, lo importante es que entremos al Reino de los cielos, porque de otra manera, los desobedientes, no entrarán allí.
Ahora, los argumentos humanos son muy sutiles, hay varias maneras de creer que uno es obediente, y lo primero que hace el ser humano, es creer que DIOS está de acuerdo con él; una vez que creo que DIOS está de acuerdo conmigo, puedo hacer lo que se me da la gana, total, estoy obedeciendo a DIOS, estoy haciendo lo que le agrada, porque yo decidí que DIOS está de acuerdo conmigo.
Hay algunos que ni siquiera conocen bien la Biblia pero de todas maneras tienen argumentos para creer que DIOS está de acuerdo con ellos. No es cuestión de decir solamente: “Yo soy obediente”; sino que se necesita de una búsqueda continua y sincera delante de DIOS para conocer cuál es su voluntad y no solamente eso, sino también tener una disposición interior muy firme, para no poner excusas y así llegar a hacer realmente lo que DIOS quiere.
Si DIOS no ha hecho más en las naciones, es porque no ha encontrado más gente obediente que opte por hacer lo que Él quiere.
DIOS es DIOS sobrenatural, es DIOS de grandes obras y milagros. DIOS es un DIOS de tremendos proyectos y nosotros estamos viviendo solamente una vida natural, sin que ocurran esas cosas grandes y sobrenaturales que sólo vienen por el obrar poderoso de DIOS a través de aquellos que le oyen y son obedientes como en los tiempos de Abraham, José o Moisés.
Dios les bendiga abundantemente.
OBEDIENCIA LA CLAVE EN LA VIDA CRISTIANA
Desde que nacemos aprendemos la desobediencia; desde pequeños, en casa con papá y mamá, los niños se van acostumbrando a mentir porque ven que sus papás lo hacen. No le podemos enseñar a nuestros hijos obediencia con trucos, con mentiras; si queremos que el niño obedezca, debemos marcar una línea por donde conducirse y cuando la pasen, darles el castigo que merece.
El niño necesita límites.
La desobediencia es un verdadero problema. DIOS no puede tener al lado suyo gente desobediente.
Los planes de DIOS se llevan adelante con gente obediente, porque cuando DIOS pide alguna cosa, debemos estar dispuestos a hacerla, aun cuando sea algo que no le gusta a nuestra carne o no se anima a hacerlo; tenemos que darnos cuenta que lo que DIOS nos pide siempre es lo correcto.
Para ser obediente tenemos que ser humildes, los desobedientes son soberbios, estos siempre tendrán una excusa o una explicación de por qué no obedecieron, pero el obediente con humildad obedece.
Muchas veces nos preguntamos ¿Podrá hacer algo DIOS conmigo o no?
La respuesta es sí, si tenemos un corazón dispuesto para DIOS; esto significa tener un corazón obediente.
Para tener un corazón dispuesto es necesario entender la obediencia.
La obediencia forma parte de la naturaleza de Cristo; la Biblia dice que Cristo fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Él era obediente y tenía un corazón dispuesto para DIOS. (Filipenses 2. 8).
Una de las tareas del Espíritu Santo sobre el creyente es pulirlo, trabajarlo, con tal que se transforme en una persona obediente; si duele no importa, lo importante es que entremos al Reino de los cielos, porque de otra manera, los desobedientes, no entrarán allí.
Ahora, los argumentos humanos son muy sutiles, hay varias maneras de creer que uno es obediente, y lo primero que hace el ser humano, es creer que DIOS está de acuerdo con él; una vez que creo que DIOS está de acuerdo conmigo, puedo hacer lo que se me da la gana, total, estoy obedeciendo a DIOS, estoy haciendo lo que le agrada, porque yo decidí que DIOS está de acuerdo conmigo.
Hay algunos que ni siquiera conocen bien la Biblia pero de todas maneras tienen argumentos para creer que DIOS está de acuerdo con ellos. No es cuestión de decir solamente: “Yo soy obediente”; sino que se necesita de una búsqueda continua y sincera delante de DIOS para conocer cuál es su voluntad y no solamente eso, sino también tener una disposición interior muy firme, para no poner excusas y así llegar a hacer realmente lo que DIOS quiere.
Si DIOS no ha hecho más en las naciones, es porque no ha encontrado más gente obediente que opte por hacer lo que Él quiere.
DIOS es DIOS sobrenatural, es DIOS de grandes obras y milagros. DIOS es un DIOS de tremendos proyectos y nosotros estamos viviendo solamente una vida natural, sin que ocurran esas cosas grandes y sobrenaturales que sólo vienen por el obrar poderoso de DIOS a través de aquellos que le oyen y son obedientes como en los tiempos de Abraham, José o Moisés.
Dios les bendiga abundantemente.
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