viernes, 15 de septiembre de 2017

Leyendo... Job capítulo 37


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LECTURA DIARIA:
Job capítulo 37

Eliú concluye su discurso con la tremenda verdad que la fe en Dios es mucho más importante que el deseo de Job de una explicación por su sufrimiento. El estuvo muy cerca de ayudar a Job pero luego continuó por el camino equivocado. Significativamente, es aquí que Dios mismo interrumpe la discusión para dar las conclusiones correctas a esta importante verdad
Eliú subrayó la soberanía de Dios sobre toda la naturaleza como un recordatorio de su soberanía sobre nuestra vida. Dios está en control. El dirige, preserva, y mantiene su orden creado. 
El poder y la sabiduría de Dios también se despliegan en los fenómenos del verano, en los relámpagos de las tormentas de verano, las nubes tan delicadamente balanceadas, el caluro so viento del sur, el cielo arrollador como la dureza del bronce y la luz enceguecedora del sol de verano. La sabiduría de Dios es mucho mayor que la de Job, tanto que Job no puede ni siquiera entender cómo funcionan estos fenómenos, cuanto menos controlarlos. Tan grandiosa es la majestad de Dios que en efecto, es inalcanzable. Eliú pide a Job, irónicamente, que les enseñe qué han de decirle a Dios, pero en el mismo instante niega que sea posible hacerlo, pues no pueden organizar las ideas a causa de las tinieblas. Esta es una posición que Job ha negado todo el tiempo al demandar repetidamente que Dios debe contestar personalmente sus quejas. 
Dios es poderoso, y que obra siempre en justicia, sin oprimir a nadie. Por ello, los hombres deben temerle, pues la sabiduría humana y la autosuficiencia no es la mejor credencial para ser objeto de su benevolencia.

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