jueves, 7 de septiembre de 2017

LEYENDO... Job capítulo 29

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LEYENDO LA BIBLIA PASO A PASO...
LECTURA DIARIA:
Job capítulo 29

Al concluir su defensa, Job repite que sus sufrimientos no se deben a que haya pecado, sino a una razón más profunda, que solamente Dios conoce. Job recuerda su anterior prosperidad; declara que ésta era una consecuencia directa de su vida piadosa y benevolente; su esperanza era que esta prosperidad durara hasta su muerte. Job dirige su atención hacia el desdén de que ahora es objeto por parte de la gente, en contraste con los grandes honores que antes se le tributaban. Reconoce su miserable estado presente y considera que todas sus esperanzas se han perdido.
Manteniendo su voto de inocencia, Job declara que no se ha entregado a la concupiscencia y que ha actuado siempre con justicia y benevolencia hacia todas las personas. Job cierra su discurso diciendo de nuevo que no es culpable de hipocresía, tanto en sus palabras como en lo íntimo de su corazón. 
Job estaba caminando por una línea muy fina entre la jactancia por logros pasados y el recuerdo de las buenas acciones para poder contestar los cargos que pesaban en su contra. La única debilidad de Job a lo largo de sus conversaciones es que se acercó muy peligrosamente al orgullo. 
Por la descripción que se hace del trabajo de Job, algunos comentaristas creen que Job era un juez. En los días de Job, un juez servía tanto de consejero de la ciudad como de magistrado, y ayudaba a gobernar a la comunidad y a resolver las disputas. En la mayoría de los casos, era un puesto de tiempo parcial que se establecía sobre la base del respeto y la reputación de uno en el área.
Supuesta la conducta de justicia y de equidad que presidió siempre su vida, favoreciendo y amparando a los desvalidos, era de esperar que Dios le recompensara con una colmada y próspera vida, gran longevidad, posteridad numerosa y reconocimiento público de sus buenas acciones. Estas eran las esperanzas de su vida hasta que el infortunio llegó a las puertas de su casa y le desengañó.

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