jueves, 7 de septiembre de 2017

UN MOMENTO... EL PUEBLO DE DIOS DEBE SER INTEGRO

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL PUEBLO DE DIOS DEBE SER INTEGRO

Es refrescante encontrar gente digna de confianza. Cuando llegamos a conocer bien a alguien casi siempre empezamos a encontrar las fallas que tienen. Es cierto que nadie es perfecto pero muchas veces encontramos que la gente tiene fallas que quitan el respeto que queremos tener por ellos. Es que falta lo que la Biblia llama “integridad”. Integridad significa completo. Es algo que es todo lo que debe ser. Alguien con integridad va a ser aquel que es todo lo que una persona debe ser. No falta nada de lo que constituye una persona de confianza.
La integridad no es algo que tenemos por naturaleza. Es algo que tenemos que aprender. Muy afortunadas son las personas cuyos padres les corrigieron y les enseñaron buenas normas. Ellos llegan a la madurez con algo de integridad ya incorporada en su vida. Igual nos queda algo más a añadir.
La integridad es algo que llegamos a tener por obligarnos o comprometernos. Es como una promesa que hacemos a nosotros mismos. Decimos “Voy o no voy a hacer tal o tal cosa”. 
Es la integridad que nos restringe de hacer lo que no nos conviene. Vemos esto del uso bíblico de la palabra. 
Salmo 25. 21 dice: “Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he esperado”. 
También Proverbios 11.3 dice: “La integridad de los rectos los encaminará”.
La integridad debe ser una calidad del corazón. 
1 de Reyes 9. 4 dice: “Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, en integridad de corazón y en equidad, haciendo todas las cosas que yo te he mandado y guardando mis estatutos y mis decretos”. 
Hay dos versículos en el libro de Job que nos indican que la integridad es algo que podemos perder si la descuidamos. Se encuentra en Job 2. 3 y 9, y 
Dice: “Y Jehová dijo a Satanás; ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? “Entonces le dijo su mujer; ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete”.
En gran parte podemos aumentar la integridad por hacer un pacto con los miembros del cuerpo. Los siguientes son algunos ejemplos de la Biblia.
Un pacto con la boca: “Mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño”. (Job 27. 4)
Un pacto con los ojos: “No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; Ninguno de ellos se acercará a mí”. (Salmo 101.3)
Un pacto con las manos: “Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca. Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso”. (Proverbios 31.19-20)
Un pacto con los pies: “De todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra”. (Salmo 119.101)
No descuidemos la integridad. Es algo que nos hace falta. Si es algo que buscamos en otros, es algo que ellos deben encontrar en nosotros.
Dios les bendiga abundantemente.

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