UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA DESOBEDIENCIA SIEMPRE ES UNA MALA COMPAÑERA
Todos pasamos por cierta edad, o situaciones donde se piensa que solo uno tiene la razón aunque todos digan lo contrario.
Cuando se nos ha dicho que ciertas cosas no debemos hacer, y nosotros las hacemos, siempre encontramos justificaciones, aun cuando sabemos que hemos sido desobedientes.
Cuando el espíritu de desobediencia nos domina nos volvemos tercos, necios, y ciegos ante la verdad y justificamos nuestros actos por pura necedad con tal de continuar en nuestra desobediencia. Mientras estamos en desobediencia, somos incapaces de reflexionar en las consecuencias que vendrán e incapaces de distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo. Es más, para demostrar que los demás están equivocados y que uno está en lo correcto, persistimos en hacer otras cosas que poco a poco nos van envolviendo más en el error.
Tome en cuenta las prohibiciones que DIOS dio a quienes serían reyes de Israel en Deuteronomio 17.16-17. Tres son las prohibiciones: no amontonar caballos porque cuando un rey posee un ejército de caballería se vuelve autosuficiente y soberbio que deja de confiar en DIOS porque confía más en sus caballos. No tomar muchas mujeres como comúnmente lo hacían los reyes paganos porque las mujeres desvían el corazón hacia la idolatría y en vez de confiar solo en DIOS confía en otros dioses. No amontonar riquezas para sí, porque estas entorpecen tanto el alma, el cerebro y el corazón que llegan a creer que no necesitan ni de DIOS ni de nadie más. Así que, tres cosas desvían el corazón de un rey, los caballos, las mujeres y la riqueza.
La Biblia dice que mientras Salomón se mantuvo bajo el temor de DIOS y en obediencia a su voluntad, la misericordia divina estuvo con él, y DIOS cumplió todo lo que le prometió. No olvidemos que Salomón, al considerarse así mismo, incapaz de reinar un pueblo como Israel, acudió a DIOS y le pidió sabiduría (2 de Crónicas 1.10), pero DIOS le dio no solo sabiduría sino riquezas, gloria, pero NO mujeres (1.11-12).
La desobediencia comienza en el corazón, y cuando este deja de temer, respetar y amar a DIOS, es porque otras cosas han comenzado a sustituir a DIOS.
El hacerse de un harén de mujeres no era más que una imitación del mundo, era un acto de autocomplacencia, y no de complacencia a DIOS. El espíritu carnal y rebelde puesto en acción, lo cual es opuesto a la humildad, la obediencia y dependencia de DIOS.
Es muy triste saber, que el hombre más sabio del mundo, en un momento especifico de su vida, la sabiduría no le sirvió de nada, pues cayó con facilidad traicionado por su autosuficiencia, su inseguridad, su vanidad, y su falta de dependencia de DIOS.
El hombre, sin DIOS es nada, el hombre si no toma en cuenta a DIOS, aunque tenga todo, sigue siendo presa fácil de las mujeres, del dinero y de la fama.
La falta de fe se expresa en la desobediencia así como la fe se demuestra en la obediencia. La Biblia dice que Abraham por la fe obedeció al dejar Ur de los Caldeos en busca de la tierra prometida.
De igual manera, lo que hizo Salomón, al desobedecer las tres prohibiciones estaba demostrando que ya no dependía solo de DIOS sino de otras cosas, (los caballos) que ya no confiaba en DIOS solamente sino en otras cosas, (dioses de sus mujeres), que ya no necesitaba mucho de DIOS sino de otras cosas también (riqueza).
Esto es la mala compañera que Salomón se busco, la desobediencia, la cual lo llevó al fracaso.
Muy al final de su vida, reconoció su error y escribió en el libro de Eclesiastés, en el capítulo 12.13 dice: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”.
El reino de Israel se dividió por el pecado de Salomón, y de todo el pueblo que siguió el mal ejemplo de su rey, dicho castigo duro más de 400 años y después de esto, el cautiverio de 70 años en Babilonia.
La desobediencia aunque parezca atractiva, no asegura un buen futuro, no solo es una mala compañera, sino que al final te paga mal.
Dios les bendiga abundantemente.
LA DESOBEDIENCIA SIEMPRE ES UNA MALA COMPAÑERA
Todos pasamos por cierta edad, o situaciones donde se piensa que solo uno tiene la razón aunque todos digan lo contrario.
Cuando se nos ha dicho que ciertas cosas no debemos hacer, y nosotros las hacemos, siempre encontramos justificaciones, aun cuando sabemos que hemos sido desobedientes.
Cuando el espíritu de desobediencia nos domina nos volvemos tercos, necios, y ciegos ante la verdad y justificamos nuestros actos por pura necedad con tal de continuar en nuestra desobediencia. Mientras estamos en desobediencia, somos incapaces de reflexionar en las consecuencias que vendrán e incapaces de distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo. Es más, para demostrar que los demás están equivocados y que uno está en lo correcto, persistimos en hacer otras cosas que poco a poco nos van envolviendo más en el error.
Tome en cuenta las prohibiciones que DIOS dio a quienes serían reyes de Israel en Deuteronomio 17.16-17. Tres son las prohibiciones: no amontonar caballos porque cuando un rey posee un ejército de caballería se vuelve autosuficiente y soberbio que deja de confiar en DIOS porque confía más en sus caballos. No tomar muchas mujeres como comúnmente lo hacían los reyes paganos porque las mujeres desvían el corazón hacia la idolatría y en vez de confiar solo en DIOS confía en otros dioses. No amontonar riquezas para sí, porque estas entorpecen tanto el alma, el cerebro y el corazón que llegan a creer que no necesitan ni de DIOS ni de nadie más. Así que, tres cosas desvían el corazón de un rey, los caballos, las mujeres y la riqueza.
La Biblia dice que mientras Salomón se mantuvo bajo el temor de DIOS y en obediencia a su voluntad, la misericordia divina estuvo con él, y DIOS cumplió todo lo que le prometió. No olvidemos que Salomón, al considerarse así mismo, incapaz de reinar un pueblo como Israel, acudió a DIOS y le pidió sabiduría (2 de Crónicas 1.10), pero DIOS le dio no solo sabiduría sino riquezas, gloria, pero NO mujeres (1.11-12).
La desobediencia comienza en el corazón, y cuando este deja de temer, respetar y amar a DIOS, es porque otras cosas han comenzado a sustituir a DIOS.
El hacerse de un harén de mujeres no era más que una imitación del mundo, era un acto de autocomplacencia, y no de complacencia a DIOS. El espíritu carnal y rebelde puesto en acción, lo cual es opuesto a la humildad, la obediencia y dependencia de DIOS.
Es muy triste saber, que el hombre más sabio del mundo, en un momento especifico de su vida, la sabiduría no le sirvió de nada, pues cayó con facilidad traicionado por su autosuficiencia, su inseguridad, su vanidad, y su falta de dependencia de DIOS.
El hombre, sin DIOS es nada, el hombre si no toma en cuenta a DIOS, aunque tenga todo, sigue siendo presa fácil de las mujeres, del dinero y de la fama.
La falta de fe se expresa en la desobediencia así como la fe se demuestra en la obediencia. La Biblia dice que Abraham por la fe obedeció al dejar Ur de los Caldeos en busca de la tierra prometida.
De igual manera, lo que hizo Salomón, al desobedecer las tres prohibiciones estaba demostrando que ya no dependía solo de DIOS sino de otras cosas, (los caballos) que ya no confiaba en DIOS solamente sino en otras cosas, (dioses de sus mujeres), que ya no necesitaba mucho de DIOS sino de otras cosas también (riqueza).
Esto es la mala compañera que Salomón se busco, la desobediencia, la cual lo llevó al fracaso.
Muy al final de su vida, reconoció su error y escribió en el libro de Eclesiastés, en el capítulo 12.13 dice: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”.
El reino de Israel se dividió por el pecado de Salomón, y de todo el pueblo que siguió el mal ejemplo de su rey, dicho castigo duro más de 400 años y después de esto, el cautiverio de 70 años en Babilonia.
La desobediencia aunque parezca atractiva, no asegura un buen futuro, no solo es una mala compañera, sino que al final te paga mal.
Dios les bendiga abundantemente.
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