viernes, 16 de junio de 2017

LEYENDO... 2de Crónicas 19


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LECTURA DIARIA:
2de Crónicas 19

Josafat regreso a Jerusalén de la guerra después de la derrota junto a Acab contra los sirios. Regreso en paz de esa guerra gracias a que Dios le ayudó a sobrevivir luego que orara.
No había pasado mucho tiempo cuando Jehú hijo de Hannaní, le trajo a Josafat una palabra de parte de Dios. Se refería a la ayuda que Josafat le había dado al terrible rey Acab. Dios no había estado de acuerdo en que ayudara a Acab porque era un rey blasfemo y malo. Era muy peligroso reprender a un rey, pero Jehú obedeció a Dios. Josafat fue mejor que su padre y aceptó la reprensión y enmendó su camino, por un tiempo.
Josafat había realizado grandes y Dios conocía muy bien las obras de este rey. Josafat ya no hizo viajes a Israel como antes, puso jueces que estarían encargados de ver que se aplicaran las leyes justamente. Los colocó en cada ciudad fortificada llegando a ser estas capitales de cada distrito.
Los jueces no tenían que juzgar como lo hacia el hombre, tenían que juzgar la causa como Dios lo hacia. Dios seria testigo de cómo juzgarían.
Josafat no solo coloco jueces sino también otro grupo de personas: Levitas, Sacerdotes y Jefes de familias. Estos constituirían la suprema corte de justicia para revisar los casos que se apelaran de las otras cortes.
Temer a Dios seria primordial, el temor a Dios les guiaría a ser justos y honestos.
Tenían que juzgar aplicando: La ley que es dirección; instrucción. El precepto que es la orden y mandamiento. Los estatutos que es lo que se había prometido. Si obedecían no tendrían porque temer ya que no pecarían.

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