martes, 13 de junio de 2017

LEYENDO... 2 de Crónicas 16


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LECTURA DIARIA:
2 de Crónicas 16

A pesar de que Dios los liberó aun cuando eran superados en número, en repetidas ocasiones buscaron la ayuda de naciones paganas y no de Dios. El hecho de que Asa buscara la ayuda de Siria era evidencia de una decadencia espiritual de la nación. Sólo con la ayuda de Dios, Asa había derrotado a los etíopes y los libios en una batalla abierta. Pero se había desvanecido su confianza en Dios, y ahora sólo buscaba una solución humana para su problema. Cuando el profeta Hanani lo confrontó, Asa lo mandó a encarcelar, revelando así la verdadera condición de su corazón.
Asa enfermó, después de reinar durante 39 años sobre Judá y Benjamín. Al encontrarse mal de los pies no consultó a Dios, sino a los médicos.
Se cree que la enfermedad de los pies de Asa era gota o gangrena. Los médicos, probablemente hechiceros o curanderos, utilizaban conjuros mágicos, lo cual significa que no se debía haber acudido a ellos. 
La crítica de la visita de Asa a los doctores no fue una censura general hacia la medicina. El problema de Asa fue que ignoró por completo la ayuda de Dios. La medicina que se practicaba en esos tiempos era una mezcla de superstición y remedios tradicionales. 
Dos años después murió y fue sepultado en la Ciudad de David. La gran hoguera no era el crematorio, sino una ceremonia en su honor. Su cuerpo fue embalsamado y colocado en su propia tumba.

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