lunes, 12 de junio de 2017

LEYENDO... 2 de Crónicas 15


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LECTURA DIARIA:
2 de Crónicas 15

Azarías pronunció una advertencia importante a los ejércitos y los alentó a permanecer cerca de Dios. 
Azarías dijo que Israel, el reino del norte, estuvo “sin verdadero Dios”. Ocho reyes reinaron en Israel durante los cuarenta y un años que gobernó Asa en Judá, y los ocho fueron malvados. Jeroboam, el primer rey de Israel, comenzó su senda malvada al establecer ídolos y al expulsar a los sacerdotes de Dios. Azarías utilizó los problemas de Israel como un ejemplo del mal que vendría a Judá si se apartaba de Dios como lo habían hecho sus hermanos del norte.
Azarías alentó a los hombres de Judá a mantenerse en el cumplimiento del deber “pues hay recompensa para vuestra obra”. 
La reacción de Asa fue impresionante. Quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y Benjamín, indicando un resurgimiento del celo religioso a nivel nacional. Esta segunda reforma involucraba el fin de los ídolos detestables y de los cultos cananeos caracterizados por la inmoralidad sexual en la adoración.
Aunque gran parte de esta purga espiritual ya había tenido lugar en la primera reforma, todavía quedaban vestigios de idolatría en las ciudades en la región montañosa de Efraín conquistadas por Asa. 
Maaca, la madre de Asa, era la segunda esposa de Jeroboam. Esta se había convertido en una figura dominante en la corte del rey, sobre todo en lo que concierne a la idolatría. Asa destruyó la monstruosa imagen de Asera, la desmenuzó y la quemó en el arroyo de Quedrón. No solo erradicando la imagen, sino también destituyendo a Maaca.
Asa también repuso el tesoro de la casa de Jehová. Este tesoro provenía de su padre Abías, el cual lo tomó de Jeroboam. También puso de lo suyo, del tesoro adquirido de los despojos del ejército derrotado de Zéraj y sus aliados. 
Durante su reinado el carácter consagrado de Asa lo que trajo paz para su reino.

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