lunes, 19 de junio de 2017

LEYENDO... 2 de crónicas 22


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LECTURA DIARIA:
2 de crónicas 22
Al morir Joram, su hijo Ocozías tomó posesión del trono de Judá. Ocozías fue hecho rey por el pueblo de Jerusalén, posiblemente indicando temores en cuanto a la sucesión en el trono, ya que su madre Atalía era muy dominante en la corte. 
Ocozías hizo lo malo ante los ojos de Dios porque su madre Atalía le aconsejaba mal. Siguiendo la tradición de Jezabel, Atalía insistía en rendir culto al dios baal fenicio.
En su inmadurez, Ocozías buscó el consejo de Joram, hijo de Acab. Consintió en ir a pelear contra Hazael, rey de Siria, en Ramot de Galaad, donde Joram fue herido. Los dos reyes decidieron oponerse a Jehú, el ungido, para que exterminara a la casa de Acab. Su misión fue vengar a los profetas de Jehová que habían sido muertos por Jezabel y destruir a toda la casa de Acab. Ocozías pudo huir hasta Samaria. Después de ser capturado, lo condujeron hasta Jehú, quien llevó a cabo su ejecución, dándole sepultura, porque era nieto de Josafat. Así, su alianza militar con Joram lo condujo a su muerte violenta, a manos de Jehú.
El cronista concluye el capítulo sobre el reinado de Ocozías afirmando que no había quien retuviera el trono, o sea no quedaba ningún adulto de su familia, porque Atalía había eliminado a todo posible heredero, incluyendo sus propios hijos, pero no supo que Josabet, la hija del rey, había escondido a su hermano en el templo por seis años.
Entre tanto, Atalía gobernaba. El sacerdote Joiada decidió hacer algo para poner fin a casi seis años de incertidumbre política y decadencia religiosa.

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