sábado, 3 de junio de 2017

LEYENDO... 2 de Crónicas capítulo 6


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LECTURA DIARIA:
2 de Crónicas capítulo 6

Era inusual para un rey arrodillarse delante de otra persona frente a su propio pueblo, ya que el arrodillarse significaba someterse a una autoridad mayor. Salomón demostró su gran amor y respeto por Dios al arrodillarse ante El. Con esta acción manifestaba reconocer a Dios como Rey y autoridad suprema, y alentaba al pueblo a hacer lo mismo.
Salomón dedicó el templo, que había construido para que Dios pudiera habitar entre su pueblo, presentó ante el Señor peticiones relacionadas con muchas situaciones que ocuparían a Israel en el futuro: el pecado, los enemigos, el perdón, la sequía, la plaga, la guerra, la cautividad, etc. Cada petición era seguida por un ruego para que Dios escuchara y respondiera a las oraciones israelitas.
Salomón oró para que Israel sea un pueblo que no solo reciba bendiciones en forma pasiva, sino que ruegue activamente por ellas. El templo y el arca recordarán a cada generación de la necesidad de tener una experiencia personal de la presencia de Dios. Las siete situaciones detalladas se pueden definir de esta manera: La administración de justicia (22, 23), derrota en la guerra (24, 25), sequía (26, 27), escasez por diferentes causas (28-31), el extranjero que busca a Dios (32, 33), la “cruzada” justa (34, 35) y el pecado que lleva al exilio (36-39). 
El corazón del discurso de dedicación de Salomón es una alabanza a Dios por el cumplimiento de su promesa a David al confirmarle como sucesor de su padre y por la aceptación divina del templo construido para su gloria.

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