domingo, 18 de agosto de 2019

Tiempo... Hebreos 1. 3



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Él es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de limpiarnos de nuestros pecados, se ha sentado en el cielo, a la derecha del trono de Dios”.  Hebreos 1. 3


Cuando comprendemos un poco de la Majestad del Señor Jesucristo, toda nuestra falsa gloria, fama, habilidad y conocimiento se reducen a simple vanidad. Nada que podamos hacer o construir, decir o escribir, cantar o pintar, ganar o comprar, sufrir o dar, puede si quiera aproximarse a la impresionante naturaleza divina de Cristo; y mucho menos a la magnitud de su sacrificio en la cruz del calvario.
Como seres humanos mortales, finitos e imperfectos, no hay forma en que podamos apreciar por completo la Gloria de Nuestro Dios, pero en su infinita bondad, Dios decidió revelarse a los hombres de muchas formas, siendo la más perfecta de estas revelaciones, la persona del Señor Jesucristo.
Él nos muestra como es Dios, su Carácter, Virtud, Naturaleza, Perfección, Gloria y Majestad. Su usted quiere saber algo sobre Dios, la respuesta la encontrará en la Vida y las Palabras de Jesús. No existe otra forma de dirigirnos a Dios, más que por medio de la impresionante persona del Señor Jesucristo.
No existe nada en este mundo que no esté sometido a su Señorío, por Su Palabra, los planetas mantienen su órbita, se forman las nubes de lluvia, crecen las plantas y los animales, y los hombres pueden despertar y vivir un día más. Todo es posible por Su Palabra.
La mayor expresión de Su Amor por la humanidad se realizó por medio del Plan de Salvación, este consiste en una decisión tomada por el Señor Jesucristo en la eternidad. Él escogió despojarse de su Gloria, tomar la forma de un ser humano, humillarse así mismo, y padecer el martirio con firme carácter, para finalmente entregar Su Vida por nosotros, consumando en la cruz su obra redentora. 
El Dios Todopoderoso, lleno de toda Gloria y Majestad, que creó el cielo y la tierra, y los sostiene con el poder de Su Palabra; tuvo todo esto de menos, y decidió convertirse en un ser humano, humillándose así mismo, y entregando su vida en rescate por los pecadores, murió y resucitó, puso su vida y la volvió a tomar; luego de esto ascendió nuevamente al cielo, para retomar su lugar como Majestuoso Rey de todo, he hizo todo esto, para ofrecer a los hombres la oportunidad de pasar la eternidad, llenos de gozo, en Su Presencia.
Dios les bendiga abundantemente.

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