jueves, 8 de agosto de 2019

Tiempo... 2 Timoteo 2. 6 - 10



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“El labrador que trabaja duro tiene derecho a recibir primero parte de la cosecha. Reflexiona en lo que te digo,  y el Señor te dará una mayor comprensión de todo esto.
No dejes de recordar a Jesucristo,  descendiente de David,  levantado de entre los muertos.  Este es mi evangelio, por el que sufro al extremo de llevar cadenas como un criminal.  Pero la palabra de Dios no está encadenada. Así que todo lo soporto por el bien de los elegidos,  para que también ellos alcancen la gloriosa y eterna salvación que tenemos en Cristo Jesús”.   2 Timoteo 2. 6 – 10

Pablo usa parábolas para expresar las verdades que trata de trasmitir a su discípulo, pues las verdades se hayan dispuestas para aquellos que aun en las cosas más simples de la vida pueden encontrar grandes verdades. Quien trabaja duro para permitir ser perfeccionado, consagrándose en santidad, puede disfrutar primeramente de la cosecha que con sacrificio y consagración a resultado, nadie que siembra en el reino busca ser primero, más bien busca que lo sembrado se coseche en justicia, amor y verdad primeramente en su ser.
No dejemos de meditar en lo que se nos ha enseñado, al principio la mente puede haber captado algunas cosas interesantes, pero entre más hacemos introspección sobre la enseñanza, mas esta penetra y la verdad sale a relucir.
Meditar en Jesucristo debe ser una práctica continua para el creyente, pues nuestro mensaje es el mismo, entregado como sacrificio, el cordero inmolado para el perdón de nuestros pecados, no hay otro evangelio, este nos conduce a una comunión profunda con la divinidad, pues él es la puerta, el camino y la verdad en sí misma.
No importa lo que podamos sufrir o vivir por causa de la verdad, todo ello es pasajero. Mientras la vida terrenal es pasajera, lo eterno en Cristo perdura, su palabra no está encadenada por el tiempo, ni por ninguna barrera, cuando es entregada tal cual nos fue confiada en amor y fe.
Todo lo que nos sucede tiene un propósito, al ser conscientes de ello, podemos por la gracia de Dios soportar, sufrir, padecer, perseverar siempre para que aquellos que se acercan a Dios alcancen la eternidad en Cristo.
Dios les bendiga abundantemente.

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