jueves, 29 de agosto de 2019

Leyendo... Hebreos capítulo 12



LECTURA DIARIA:
Hebreos capítulo 12

El autor de la carta a los Hebreos, utiliza la figura de un atleta, para comparar la vida cristiana con una carrera que debemos correr sin cansarnos para poder llegar a la meta.
Una carrera en la que debemos ir despojándonos de todo peso para poder correr libremente, ese peso, para el cristiano, tiene que ver con el pecado, que trata de distraernos y estorbarnos para que no lleguemos.
La paciencia es la virtud que nos permite perseverar en la carrera, ya que el premio no es para los que comienzan bien, sino para los que terminan bien.
Para correr esta carrera de la vida cristiana y para abandonar definitivamente la vida de pecado, nuestros ojos deben estar puestos en Cristo, EL es nuestro ejemplo y el que nos da la victoria. Cuando dejamos de ver a Jesús, nuestros pies se desvían del camino correcto.
Ninguna prueba o sufrimiento que podamos pasar, se puede comparar con lo que sufrió Jesucristo.
En las circunstancias difíciles de la vida cristiana es fácil olvidar las enseñanzas de la Palabra de Dios que nos pueden consolar y orientar. Pero no debemos olvidar que Dios nos enseña y nos trata como a hijos, y como a tales nos disciplina mediante Su palabra. Por eso es tan importante recibir la exhortación que Dios nos da a través de la Biblia. Es mejor ser disciplinados por Dios que ser halagados por el diablo.
El que un buen padre discipline a su hijo es muy normal, por lo tanto no debe sorprendernos que Dios nos discipline.
Todos necesitamos ser disciplinados, y debemos recibir la disciplina con humildad y gratitud y no con resentimiento. Recordemos que no estamos solos en la experiencia de la disciplina, Dios nos acompaña en el camino.
Su disciplina es la evidencia más segura de que Dios tiene un profundo interés y preocupación por nosotros.
La disciplina de nuestro Padre celestial tiene un propósito, es para que participemos de su santidad.
La disciplina de Dios fortalece nuestro carácter cuando lo aceptamos con una actitud positiva y con humildad.
Dios nos ama y nos conoce porque EL nos creó, y ha pensado para nuestra vida lo mejor, gocémonos en Su enseñanza porque eso es lo mejor para nuestra vida.

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