viernes, 2 de agosto de 2019

Tiempo. 1 Timoteo 3. 1 - 7





 TIEMPO DE REFLEXIÓN


“Si alguien aspira al cargo de presidir la comunidad, a un buen trabajo aspira. Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible.
Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. Debe estar siempre dispuesto a hospedar gente en su casa; debe ser apto para enseñar; no debe ser borracho ni amigo de peleas, sino bondadoso, pacífico y desinteresado en cuanto al dinero. Debe saber gobernar bien su casa y hacer que sus hijos sean obedientes y de conducta digna; porque si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? Por lo tanto, el dirigente no debe ser un recién convertido, no sea que se llene de orgullo y caiga bajo la misma condenación en que cayó el diablo. También debe ser respetado entre los no creyentes, para que no caiga en deshonra y en alguna trampa del diablo”.  1 Timoteo 3. 1 – 7.

Quien quiera tener un cargo en la iglesia y se esfuerce por servir, primero debe hacerlo para consigo mismo y con su familia, para que al final es servicio u oficio que realice solo sea una prolongación de lo que se es.
Muchos se esfuerzan por ser algo en la iglesia, que no son en sus hogares, y las escrituras nos confrontan con esa hipocresía.
Quien es esposo sabe el pacto que se ha realizado con Dios de entrega y amor incondicional con la pareja, la moderación no debe ser en todo lo que haga y diga pues sus palabras y acciones son ejemplo, debe ser intachable porque siempre se encontraran enemigos que usen su conducta para reprocharle, debe tener la sensatez y prudencia para vivir con dominio de sí mismo, debe ser respetable, ordenado, y siempre dispuesto a servir, a ser hospitalario, a enseñar pues son muchos que por envidia, competencia no son capaces de enseñar y existen otros que no tienen el don para hacerlo.
Un borracho o un pendenciero, son personas que viven en división y conflicto consigo mismo en todo momento, sus mentes no están libres, sino cautivas por sus propios conflictos.
Quien no puede manejar el dinero siempre este será una tentación que le hará perder los estribos. Debe ser amable y manso, para recibir corrección, exhortación y para que sobre él se pueda delegar autoridad, de lo contrario siempre habrá problemas.
Quien no puede ejercer autoridad en su propio hogar, le será imposible ejercerla en otro lugar, pues primero debe ganarse el respeto y el amor de los suyos para que pueda ejercer cualquier tipo de autoridad. La autoridad solo puede ser ejercida mediante el amor y el servicio.
Aquel que no sabe ocuparse de los suyos, poco o nada se preocupara por servir a otros.
La autoridad debe ser delegada a alguien con la madurez para poder ejercerla en amor y servicio, porque al sentirse en una posición y con poder su naturaleza carnal puede ser seducida para destrucción.
Y no solo debe tener un buen nombre o fama de servicio ante los que pertenecen a la congregación, sino también para con aquellos de afuera, para que no sea desacreditado y caiga en el juego del enemigo.
Dios les bendiga abundantemente.



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