sábado, 17 de agosto de 2019

Tiempo... Filemón 1. 8 - 13



TIEMPO DE REFLEXIÓN

"Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte hacer lo que conviene, no obstante, por causa del amor que te tengo, te ruego, siendo como soy, Pablo, anciano, y ahora también prisionero de Cristo Jesús, te ruego por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones, el cual en otro tiempo te era inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí.
Y te lo he vuelto a enviar en persona, es decir, como si fuera mi propio corazón, a quien hubiera querido retener conmigo, para que me sirviera en lugar tuyo en mis prisiones por el evangelio."  Filemón 1. 8 – 13

La historia de Filemón con Onésimo no había acabado bien, Onésimo era esclavo de Filemón y viendo las palabras que Pablo brinda a Filemón no tenemos por qué pensar que Filemón era un mal amo, más bien todo lo contrario, parece que amaba a DIOS y que su vida se basaba en querer agradarlo en todo y esto implicaba el amor hacia aquellos que le rodeaban. Pero en esta circunstancia se cree que Onésimo se escapa y llega a Roma y acaba encarcelado. Allí es donde se encuentra con Pablo y por las palabras del mismo Pablo, se produce un cambio en Onésimo y se convierte.
Ante esta situación el mensaje de Pablo a Filemón es claro, el hombre que te dejó ha cambiado, tu buen hacer ha tenido fruto y ahora es mi hijo espiritual, tu trabajo no quedó en balde, ante no servía para nada, pero lo que a nosotros de verdad nos importa, el evangelio, este hombre se ha convertido en alguien útil. Vemos aquí la importancia de hacer bien las cosas, en ocasiones podemos perder la ilusión al creer que por muy bien que hagamos a los demás no obtendremos nada bueno, por eso recibimos el consejo "no os canséis de hacer el bien".
Vale la pena esforzarse en hacer bien las cosas aunque pueda parecer que no obtenemos resultados. Aunque nadie vea lo que hacemos, Dios siempre nos ve.
No nos cansemos, prosigamos honrando a DIOS y haciendo el bien, porque en el lugar más inesperado, es posible, que aquello que nosotros plantamos, como hizo Filemón traiga su fruto.
Dios les bendiga abundantemente.

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