domingo, 18 de agosto de 2019

Leyendo... Hebreos capítulo 1



LECTURA DIARIA:
Hebreos capítulo 1

Los primeros cuatro versículos constituyen el prólogo de esta carta. Dios afirma su revelación en su Hijo Jesucristo. 

En tiempos pasados Dios habló a través de los profetas al pueblo de Israel, en muchos lugares y maneras, pero cada revelación fue parcial e imperfecta. Luego, al llegar el tiempo, Dios ha hablado por medio de su Hijo, alguien similar a ËL con la misma autoridad y el mismo poder desde antes de la creación del Universo.
La revelación divina se ha completado. El Hijo no es sólo el mensajero sino el mensaje, y el mensaje es definitivo.
Pero también nos habla por los acontecimientos de Su ministerio redentor: su concepción, su nacimiento, su vida, su muerte, su resurrección y su ascensión a los cielos. Todo esto es determinante y fundamental para nuestra fe.
La redención se identificó en la persona de Cristo. Esto era lo que necesitaban comprender los hebreos. La cruz que era una maldición para los judíos, se transformó en un instrumento intermedio para la gloria, la victoria sobre la muerte y la resurrección.
Por eso los que habían creído en las buenas nuevas del evangelio, les costaba entender la cruz. Estaban a punto de avergonzarse de ella, porque hasta cierto punto era una aparente señal de derrota y debilidad, en lugar de triunfo y poder. Por eso el evangelio de la cruz es el concepto maestro del apóstol Pablo.
Cuando Pablo les escribió a los hermanos de Corinto, insistió que no pueden separarse del elemento medular: la cruz. El mensaje de la cruz era el fundamento de su fe, y, además, dictaba su estilo de vida.
Como heredero de todo, JESÜS es el poseedor legal. El no vino a negociar con el diablo, sino a derrotarlo con su propia muerte y a reclamar lo que le pertenecía
Cristo es la expresión de la persona de Dios, porque ËL es parte de la deidad. El Hijo es la exacta revelación y expresión visible y concreta de Dios.
Estar sentado en la diestra del Padre simboliza su lugar como Rey para ejercer su pleno poder de abogado
Jesucristo ganó el derecho de ocupar el honroso lugar y rango. Fue declarado superior a los ángeles. Su superioridad es probada por las Escrituras.
Dice también, que hace a sus ángeles espíritus y a sus ministros llamas de fuego. De hecho los ángeles son espíritus y tienen cierto poder que Dios les ha dado. Pero el Hijo reina sobre Su trono por los siglos de los siglos.
Hebreos 1.10-12 hace referencia al Salmo 102:25-27. Se refiere a Jesucristo. Hebreos 1.13 hace referencia al Salmo 110.1. Esto demuestra que Jesús era mucho más que el Hijo de David.
Los ángeles están constantemente ocupados ministrando a aquellos que serán herederos de la salvación, es decir, a los creyentes cristianos. Es un gran consuelo saber que el verdadero cristiano no sólo tiene al Hijo y al Espíritu Santo como su abogado, sino también la ayuda personal de los ángeles. El cuidado que debemos tener es no clamar a los ángeles como en algunas sectas La Biblia prohíbe clamar y adorar a los ángeles. Debemos orar a Dios a través de Jesucristo para que El vea cual es la mejor manera de ayudarnos.

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