domingo, 1 de septiembre de 2019

Leyendo... Santiago capítulo 1



LECTURA DIARIA:
Santiago capítulo 1

El libro de Santiago, nos muestra en forma práctica, como vivir la vida cristiana.
Pone en evidencia que la vida cristiana es más que un convencimiento o una experiencia emocional, o un mero conocimiento a nivel intelectual, y se transforma en una forma de vida, y en un estilo de vida.

Esta vida comienza cuando aceptamos en nuestro corazón al Señor Jesucristo, como Salvador y Señor de nuestras vidas.
Este pasaje, del capítulo uno, habla de un tema controvertido, como son las pruebas, o sea, aquellos problemas o circunstancias que se nos atraviesan en la vida y de los cuales nos es muy difícil salir y seguir adelante.
Es necesario mirar el problema a través de los ojos de la fe, no viendo el problema en sí, sino más bien, pensando en cómo Dios lo va a solucionar y esperar confiando en Él, ese momento.
Nosotros somos protagonistas de nuestras vidas y muchas veces el sufrimiento viene como consecuencia lógica de nuestra mala forma de vivir, o de nuestra forma de actuar.
DIOS no provoca la prueba, tan solo retarda su intervención, con el propósito de saber hasta qué punto realmente confiamos en Él, para mostrarnos a nosotros mismos, quienes somos en realidad.
El pasaje nos dice que esa fortaleza, esa fidelidad nos lleve a la perfección espiritual, o sea que aprendamos de cómo Dios ha intervenido directamente en nuestras dificultades.
Dios nos pide, que si necesitamos sabiduría, se la pidamos.
El propósito de DIOS es potenciar nuestra capacidad, las cuales fueron dadas por Él desde el principio, pero aún más, él quiere que seamos protagonistas de nuestra propia historia. Por eso nos dice que le pidamos sabiduría, Él, que es la fuente de sabiduría, nos dice que nos acerquemos y le pidamos de su sabiduría.
Pero nos dice además que le pidamos con fe, o sea, con el convencimiento pleno de que DIOS existe, y con la certeza de que Él nos está escuchando y de que si le pedimos algo conforme a su voluntad, Él está dispuesto a dárnosla.
La duda implica desconfianza, y la desconfianza no es compatible con la fe. Por eso nos dice aquí que, sin fe, o sea, sin confianza no esperemos nada.
Dios nos habla de ricos y pobres, no de una manera puntual, o dicho de otra manera, no habla de las personas según sus posesiones materiales, sino más bien de aquellos que tienen su esperanza de vida basada en las riquezas, sus influencias y el poder que de las riquezas.
Tampoco habla de las personas pobres como elegidos o privilegiados, sino de aquellos hombres y mujeres que reconociendo sus limitaciones económicas, elevan sus ojos al cielo reconociendo su situación, buscando el sustento en DIOS, esperando en Él la justicia anhelada, como también confiando plenamente en DIOS para salir adelante en la vida, llevar el alimento necesario a su hogar, tener acceso a la sanidad en caso de enfermedad, protección frente al peligro, fortaleza en el sufrimiento.
Debemos soportar la prueba, con la fortaleza que DIOS nos da.
Luego dice que las tentaciones o las pruebas no provienen de Él, dado que DIOS no puede ser tentado, ni tampoco tienta a nadie y remite al pecado a la propia maldad del hombre.
Todos tenemos la raíz pecaminosa como consecuencia del pecado original, y estese va pasando de generación en generación, por lo cual DIOS nos dice que todos somos pecadores y que por eso estamos destituidos de la gloria de DIOS, como dice en Romanos 3. 23.
Si bien la tentación nace en satanás, hemos sido creados a imagen y semejanza de DIOS, por tanto, el hombre fue creado en pureza y santidad, y si bien cayó en pecado, Jesucristo pagó el precio del pecado del hombre en la cruz, restaurando a todo aquel que cree verdaderamente en Él.
Santiago, introduce el tema de la santidad en la vida cristiana, debemos ser lentos para la ira y para hablar, pero estar listos para escuchar.
Debemos escuchar y estar atentos a la Palabra de Dios.
Pero no alcanza con oír la Palabra de Dios, hay que ponerla por obra, de ahí la importancia de escuchar bien y atender lo que Dios dice.
Nos advierte del peligro de la religión. El hombre ha inventado muchas religiones para llegar a DIOS, pero el abismo que lo separa de DIOS es tan grande por causa sus pecados, por su maldad, que no hay puente que el hombre pueda construir para llegar a DIOS, ni puente físico, ni puente espiritual.
DIOS, en su infinito amor y sabiduría, se hizo hombre y vino para ser Él mismo, el camino, la verdad y la vida. No vino para traer una religión más, vino para traer vida y vida en abundancia.

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