viernes, 13 de septiembre de 2019

Leyendo... 2 Pedro capítulo 1



LECTURA DIARIA:
2 Pedro capítulo 1

Pedro escribe esta carta a aquellos que ya habían alcanzado la fe y necesitaban crecer en ella.

Para disfrutar de los privilegios que Dios ofrece generosamente, tenemos "el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo". El poder para crecer no viene de nuestro interior sino de Dios. Como no tenemos los recursos para ser verdaderamente espirituales, Dios nos permite "ser participantes de su naturaleza divina" a fin de protegernos del pecado y ayudarnos a vivir para El. Cuando nacemos de nuevo, por medio de su Espíritu Dios nos capacita con su propia bondad moral.
La fe tiene que ser más que creer en hechos ciertos; debe traducirse en acción, en desarrollo del carácter cristiano y en la práctica de la disciplina moral, o desaparecerá. Pedro hace una lista de varios actos de fe: aprender a conocer mejor a Dios, cultivar la paciencia, hacer la voluntad de Dios, amar a los demás. Esos actos no se producen automáticamente; requieren arduo trabajo. No son opcionales; deben de ser parte constante de la vida cristiana.
Los falsos maestros decían que no era necesario el dominio propio porque las obras no ayudan a creer. Es verdad que las obras no pueden salvarnos, pero es absolutamente falso pensar que no son importantes. Somos salvos de modo que podemos crecer a la semejanza de Cristo y eso nos ayuda a servir a los demás. Dios quiere producir en nosotros su carácter amoroso; pero para hacerlo exige nuestra disciplina y nuestro esfuerzo. Cuando obedecemos a Cristo con la dirección de su Espíritu, cultivaremos el dominio propio, no sólo respecto a la comida y bebida, sino también con respecto a nuestras emociones.
Nuestra fe debe ir más allá de lo que creemos para convertirse en parte dinámica de nuestra vida, resultando en buenas obras y en madurez espiritual. La salvación no depende de las buenas obras pero se manifiesta en buenas obras.
Pedro quiso despertar a los creyentes satisfechos de sí mismos que habían prestado atención a los falsos maestros y que creían que, como la salvación no se basaba en buenas obras, podían vivir como quisieran. Pedro, dice aquí si somos de Dios lo probará nuestro arduo trabajo. Si pertenecemos al Señor, nuestro arduo trabajo respalda la afirmación de haber sido elegido por Dios ("vocación y elección"), nunca será descarriado por los falsos maestros o el encanto del pecado.
En nuestra vida espiritual no debemos pasar por alto los fundamentos de nuestra fe cuando nos dedicamos a un estudio más profundo de las verdades bíblicas. Así como un deportista necesita practicar siempre, nosotros también necesitamos recordar constantemente los fundamentos de nuestra fe y sobre todo cómo llegamos a creer.
Pedro sabía que su muerte era inminente. Pedro fue martirizado por su fe alrededor de 68 d.C. La tradición dice que fue crucificado con la cabeza para abajo, porque así lo pidió, reconociendo que no merecía morir de la misma manera que murió su Maestro.
Pedro habla de  la transfiguración en la que Jesús les reveló su identidad divina a él y a otros dos discípulos, Jacobo y Juan.
Pedro afirma que los profetas del Antiguo Testamento escribieron el mensaje de Dios, y que él se pone en la misma categoría de los demás apóstoles porque ellos también proclamaban la verdad de Dios. La Biblia no es una colección de fábulas ni de conceptos humanos acerca de Dios. Es en realidad la Palabra de Dios dada por medio de las personas para las personas. Pedro hace énfasis en su autoridad como testigo presencial y en la autoridad de las inspiradas Escrituras de Dios, preparándose de esa manera para atacar a los falsos maestros. Si esos hombres malignos contradecían a los apóstoles y a la Biblia, su mensaje no podía venir de Dios.
Cristo es el "lucero de la mañana" y, cuando vuelva, brillará en toda su gloria. Hasta aquel día tenemos las Escrituras como una lámpara y el Espíritu Santo para iluminar las Escrituras y para guiarnos a buscar la verdad.
"Los santos varones de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" significa que las Escrituras no vinieron como consecuencia del trabajo creativo de la propia invención o interpretación de los profetas. Dios inspiró a los que escribieron, así que su mensaje es auténtico y confiable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario