jueves, 26 de septiembre de 2019

Leyendo... 3 Juan capítulo 1



LECTURA DIARIA:
3 Juan capítulo 1

Era costumbre en las cartas del primer siglo iniciarlas con una breve oración. Juan ora para que la salud y los asuntos de Gayo prosperen de la misma manera en que lo hace su alma. 

El hermano Gayo, estaba dando un buen  testimonio, su testimonio no depende de sus argumentos, sino de sus acciones de amor en la verdad.
Quien engendra por la gracia de Dios hijos espirituales, siente un gozo indescriptible al oír el testimonio de los hijos, pues se goza en la obra de Dios sobre sus vidas, y del empeño con el que se han dispuesto para ser disciplinados en el amor del Padre.
Quien sirve a Dios, sirve a los hermanos conocidos y desconocidos en la fe conforme al llamado que ha recibido de Dios, pero no puede dejar con ello de servir a quienes no conocen la verdad.
El amor solo puede ser manifestado como ya lo hemos mencionado por medio de acciones que lo demuestren. El llamado de Gayo le permitía encaminar a los hermanos conforme a su llamado para que sirviera a Dios y continuaran su viaje.
Gayo servía a los hermanos con lo que tenía, con lo que disponía y servía a muchos quienes aceptaba el llamado de Dios y sin importar nada, lo dejaban todo por amor a Dios y sin aceptar nada de aquellos que no conocen la verdad.
La posición es algo que debe ser comprendido para que no caigamos en la tentación de satisfacer nuestra naturaleza carnal. Nadie puede reclamar una posición dentro de la iglesia, a menos que se le haya confiado por su servicio y testimonio a la verdad.
A diferencia de Gayo quien sirve a la verdad y obra conforme a ella, Diótrefes parece haberse adueñado de la congregación y ejercer presión mediante el engaño y la mentira sobre los creyentes para manipularlos conforme a su propio deseo. Debemos tener cuidado de todo predicador que evite la exhortación, que le guste tener el primer lugar o una posición de mando importante, aléjate de ellos pues no buscan la verdad. Una congregación sana debe saber reconocer la verdad, permitir la exhortación a ella y enseñar conforme las escrituras y estar abierta al consejo.
Juan nos llena de sabios consejos para dentro y fuera de la iglesia, para con nuestro servicio a Dios, y con ello nos da una recomendación que yo también tengo ante todo, imita lo bueno, tómalo y desecha lo malo, si no has aprendido a discernir lo malo, entonces aprende de alguien maduro en la fe, para que no te equivoques con facilidad.
Gayo y Demetrio dan testimonio, así como muchos hermanos hoy en día también lo dan, reconozcamos a quienes tienen un testimonio de seguir la verdad, aprendamos lo bueno y desechemos aquellas cosas que no lo sean.
De nuevo reconoce que es mejor hablar y compartir con los hermanos.
Como ordenanza del Señor Juan declara la paz de Dios sobre la vida de Gayo a quien dirige esta carta, sus saludos y dedicación personal demuestran el amor y el gran aprecio que Juan siente por Gayo y por los hermanos que como el defienden la verdad y obran conforme a ella.

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