viernes, 29 de marzo de 2019

Tiempo... Juan 10. 11 - 15



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas;  pero el que trabaja solamente por la paga, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor y porque las ovejas no son suyas.
Y el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. Ese hombre huye porque lo único que le importa es la paga, y no las ovejas. Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas”. 
Juan 10. 11 – 15.

Desde el Antiguo Testamento los profetas habían usado la relación del pastor con sus ovejas para describir la relación de Dios con su pueblo, así lo dice Isaías 40.11: “Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas”.
Aquí Dios consuela a su pueblo, los puros de corazón.
Leemos en el libro de Ezequiel cómo Dios llama duramente la atención a los líderes religiosos por no haber apacentado bien las ovejas del Señor, y “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, pues yo libraré mis ovejas. He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré”. “Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco” Ezequiel 34.10-11, 15.
El Padre envía a su Hijo a juntar sus ovejas en un buen redil. Y en sus propias palabras, Jesús nos dice: "Yo soy el buen pastor". Un pastor cuida de su rebaño minuto a minuto, fortalece a las débiles, cura las enfermas; venda a la perniquebrada y busca la descarriada y la perdida.
Y a eso vino Jesús a ser el buen Pastor, el Pastor que ama y protege y da su vida por ellas
Jesús dice: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” Juan 10.14. Este conocimiento implica una relación personal, donde se escucha su voz, se obedece y se confía en él con la certeza que nos lleva a los verdes pastos donde nada nos hará falta.
Qué bendición estar en el redil del Señor: “Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas”. 1 Pedro 2.26.
Dios les bendiga abundantemente.

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