viernes, 22 de marzo de 2019

Leyendo... Juan capítulo 3


LECTURA DIARIA:
Juan capítulo 3

Nicodemo era fariseo y miembro del concilio (llamado Sanedrín) Muchos fariseos estaban celosos de Jesús porque socavaba su autoridad y rebatía sus puntos de vista. Pero Nicodemo indagaba y creía que Jesús tenía respuestas. Aunque era un erudito, fue a Jesús para instruirse.

Nicodemo fue a Jesús pese a que pudo haber enviado a uno de sus asistentes. Quizás temía que sus colegas, los fariseos, criticaran su visita, y por eso fue cuando ya era de noche. Más tarde, cuando entendió que Jesús era en realidad el Mesías, habló abiertamente en su defensa.
Nicodemo, por las Escrituras sabía que Dios lo regiría, que lo restauraría en la tierra y que pertenecería al pueblo de Dios. Jesús reveló a su devoto fariseo que el Reino sería para todo el mundo, no solo para los judíos, y que Nicodemo podía pertenecer a él si personalmente nacía de nuevo.
Este era un concepto revolucionario: el Reino es algo personal, no nacional ni étnico, y para entrar en él se requiere arrepentimiento y renacimiento espiritual. Jesús más tarde anunció que el Reino de Dios está en el corazón de los creyentes mediante la presencia del Espíritu Santo. Su pleno cumplimiento será cuando Jesús regrese a juzgar al mundo y destruya para siempre al maligno.
Sin duda, Nicodemo debe haber estado familiarizado con las promesas de Dios.  Jesús explica la importancia del nuevo nacimiento espiritual, manifestando que no entraremos al Reino por ser buenos, sino por experimentar ese nuevo nacimiento.
Jesús explicó que no podemos controlar la obra del Espíritu Santo. El obra de maneras imprevisibles o incomprensibles. Así como uno no pudo controlar su nacimiento físico, tampoco podrá controlar su nacimiento espiritual. Es un regalo de Dios, dado por el Espíritu Santo.
Este maestro judío conocía muy bien el Antiguo Testamento, pero no había entendido lo que decía del Mesías. Conocimiento no es salvación.
Todo el evangelio se centra en el versículo 16. Dios establece aquí el verdadero molde del amor, la base de toda relación de amor. Si uno ama a alguien profundamente, está dispuesto a darle amor a cualquier precio. Dios pagó, con la vida de su Hijo, el más alto precio que se puede pagar. Jesús aceptó nuestro castigo, pagó el precio de nuestros pecados, y luego nos ofreció una nueva vida que nos compró con su muerte.
"Creer" es más que una reflexión intelectual de que Jesús es Dios. Significa depositar nuestra confianza en El, que es el único que nos puede salvar. Es poner a Cristo al frente de nuestros planes presentes y nuestro destino eterno. Creer es confiar en su palabra y depender de El para cambiar.
Los discípulos de Juan el Bautista estaban confundidos porque la gente seguía a Jesús y no a Juan.
¿Por qué Juan el Bautista siguió bautizando después que Jesús entró en escena? ¿Por qué no se convirtió también en discípulo? Juan explicó que como Dios fue el que le dio este trabajo, debía continuarlo hasta que lo llamara a hacer otra cosa. El propósito principal de Juan era conducir la gente a Cristo. Aunque Jesús ya había comenzado su ministerio, Juan podía seguir guiando la gente a Jesús. La disposición de Juan a menguar en importancia muestra su humildad.
El testimonio de Jesús era confiable porque vino del cielo y hablaba de lo que vio allí. Sus palabras eran las mismas de Dios. El declaró que era el Hijo de Dios, incluso que era Dios mismo. La esencia del Evangelio de Juan es la verdad dinámica de que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Mesías, el Salvador, el que fue desde el principio y seguirá viviendo para siempre.
El Espíritu de Dios estaba sobre Jesús sin límite y sin medida. Por lo tanto, Jesús fue la suprema revelación de Dios a la humanidad.
Jesús dice que todo el que cree en Él tiene (no dice que tendrá) vida eterna. La vida eterna se recibe cuando uno se une a la vida de Dios, la cual por naturaleza es eterna. Así que la vida eterna comienza en el momento del nacimiento espiritual.

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