domingo, 3 de marzo de 2019

Leyendo... Lucas capítulo 9



LECTURA DIARIA:
Lucas capítulo 9

Jesús a sus discípulos les dio poder, les dio instrucciones específicas de modo que sabían qué hacer, y les exigió responsabilidad por sus acciones.

Jesús anunció su Reino mediante la predicación y la sanidad. Si solamente hubiera predicado, la gente podría haber visto su Reino solo como espiritual. Por otro lado, si solo hubiera sanado sin predicar, la gente no habría comprendido la importancia espiritual de su misión. La mayoría de sus oyentes esperaban un Mesías que traería prosperidad y poder a su nación; preferían bendiciones materiales antes que discernimiento espiritual. La verdad es que Jesús es Dios y hombre, espíritu y carne, y la salvación que ofrece es para el alma y el cuerpo. Cualquier enseñanza que enfatice el alma a expensas del cuerpo o a este a expensas del alma, está en peligro de distorsionar las buenas nuevas de Jesús.
En cada lugar donde irían, los discípulos debían quedarse en una sola casa porque así no ofenderían a sus anfitriones al trasladarse a otra que fuera más cómoda o socialmente más prominente. Quedarse en una casa no sería una carga para el hospedador porque su permanencia en cada comunidad sería breve. Sacudir el polvo de los pies en las ciudades donde no los aceptaran tenía una implicación cultural. Los judíos piadosos sacudían el polvo de sus pies después de pasar por ciudades gentiles, para mostrar su separación de las prácticas de ellos. Si los discípulos se sacudían el polvo de una ciudad judía, mostrarían su separación de los judíos que rechazaron al Mesías. Esta acción también señalaba que los discípulos no eran responsables de cómo la gente respondía a su mensaje.
Muchos pensaban que Jesús era alguien que resucitó, tal vez Juan el Bautista u otro profeta. Algunos sugirieron que era Elías, el gran profeta que no murió sino que fue llevado en un carro de fuego. Muy pocos hallaron la respuesta correcta, como fue el caso de Pedro.
Jesús trató de pasar inadvertido, pero pronto descubrieron dónde estaba y lo siguieron. En lugar de molestarse por esta interrupción, Jesús les recibió y suplió sus necesidades.
El Reino de Dios fue un punto focal en la enseñanza de Jesús. Explicó que no era solo un reino futuro; estaba entre ellos, materializado en El, el Mesías.
Cuando los discípulos expresaron su preocupación por dónde la multitud de miles iba a comer, Jesús ofreció una solución: "Dadles vosotros de comer". Ellos enfocaron su atención en lo que no tenían (alimentos y dinero).
Pero Jesús no pasa por alto las necesidades.
Jesús dijo a sus discípulos que no debían decir que era el Cristo porque en ese momento no entendían del todo el significado de esta declaración, ninguno lo entendía. Todos seguían esperando al Mesías que vendría como un Rey conquistador. Pero Jesús, como el Mesías, tendría aún que sufrir, lo rechazarían los líderes, moriría y resucitaría. Cuando los discípulos vieran suceder todas estas cosas en Jesús, comprenderían el porqué de la venida del Mesías. Solo entonces estarían preparados para predicar las buenas nuevas alrededor del mundo.
Jesús empieza a enseñar a sus discípulos, de manera clara y específica acerca de lo que iba a ocurrir y de lo que debían esperar, a fin de que no se sorprendieran cuando esto sucediera. Explicó que ahora no sería el Mesías conquistador, porque antes tendría que sufrir, morir y resucitar. Pero que un día regresaría en gran gloria para establecer su Reino eterno.
A la audiencia griega de Lucas le sería difícil comprender a un Dios que puede morir, asimismo la judía de Jesús se mostraría perpleja ante un Mesías que permitiría su captura. A ambos los avergonzarían si no miraran su muerte, su gloriosa resurrección y su Segunda Venida. Entonces verían a Jesús, no como un perdedor, sino como el Señor del universo que, a través de su muerte, logrará la salvación en favor de todos.
Jesús llevó a Pedro, Jacobo y Juan a la cumbre del monte para mostrarles quién era en realidad, no solo un gran profeta, sino el mismo Hijo de Dios.
Dios identifica con claridad a Jesús como su Hijo antes de decirle a Pedro y los demás que deben oírle a Él y no a sus ideas ni deseos. El poder para seguir a Jesús viene de la seguridad de saber quién es. Si creemos que es el Hijo de Dios, sin duda desearemos hacer lo que Él dice.
Los discípulos no entendieron las palabras de Jesús acerca de su muerte. Seguían pensando en Jesús como un rey terrenal y les preocupaban los lugares que ocuparían en el Reino. De modo que pasaron por alto sus palabras relacionadas con su muerte y empezaron a discutir acerca de quién sería el más importante.
Muchos seguían a Jesús.
Jesús proclamó que el verdadero discipulado demanda acción inmediata. Al seguirlo, Jesús no enseñó a la gente que abandonara sus responsabilidades familiares, pero a menudo les dio mandamientos a la luz de sus verdaderas motivaciones. Hay un costo en seguir a Jesús y cada uno debe estar dispuesto a servir aun cuando requiere sacrificio.

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