viernes, 7 de junio de 2019

Tiempo... 1 Corintios 12. 11 - 14



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu,  quien reparte a cada uno según él lo determina.
De hecho,  aunque el cuerpo es uno solo,  tiene muchos miembros,  y todos los miembros,  no obstante ser muchos,  forman un solo cuerpo.  Así sucede con Cristo. Todos fuimos bautizados por* un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo --ya seamos judíos o gentiles,  esclavos o libres--,  y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Ahora bien,  el cuerpo no consta de un solo miembro sino de muchos”.  1 Corintios 12. 11 – 14

El Espíritu Santo reparte a cada uno según su parecer, que en realidad proviene de la sabiduría divina que convive en la trinidad.
Estos dones deben ser descubiertos por el creyente en la medida en que su conocimiento y revelación de la Palabra de Dios crecen también, muchos no conocen los dones que les han sido conferidos por Dios porque no los conocen y no saben cómo operan estos mismos, otros los tergiversan y termina no sirviendo a Dios, sino como adivinos y otras cosas más.
Pablo nos explica que en Cristo, la iglesia es un cuerpo, que debería comportarse como tal, aprovechando cada don, ministerio para la edificación de la iglesia, y aunque son muchos miembros, formamos un solo cuerpo, una unidad en él, pero que manifiesta diferentes funciones, y servicios que debieran ser aprovechados por todos, no solo por unos como sucede a veces.
Al ser bautizados por el Espíritu, pasamos todos a constituir un solo cuerpo en Cristo, sin importar nuestras credenciales, pues a todos se nos ha dado el mismo espíritu en beneficio del cuerpo. El cuerpo funciona como la expresión de Dios, como instrumento suyo para llevar a cabo su propósito, de igual manera este concepto nos lleva a comprender como debe funcionar nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu, en donde el cuerpo es solo la expresión ultima de la voluntad de Dios que nace en el espíritu del hombre, que es discernida por el alma y llevada a cabo por el cuerpo.
El cuerpo no es exclusivo, ni es único, como menciona Pablo, consta de muchos miembros, los cuales entrelazados por la hermandad en Cristo, su mentalidad y su Espíritu, pueden mantenerse unidos, cualquier síntoma de división o contienda, es síntoma de inmadurez, u orgullo, todo lo que el cuerpo produce o hace lo debe hacer para la gloria de Dios.
Dios les bendiga abundantemente.

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