jueves, 6 de junio de 2019

Leyendo... 1 de Corintios capítulo 11



LECTURA DIARIA:
1 Corintios capítulo 11

Pablo dice: "Sigan mi ejemplo" porque los evangelios todavía no habían sido escritos, por lo tanto no tenían idea de cómo era Jesús.
La mejor manera de guiar a estos nuevos cristianos era mostrándoles a Cristo viviendo en una de sus seguidores. Pablo estuvo en Corinto casi dos años y pudo establecer una relación de confianza con muchas de estas personas.
Aquí la preocupación principal de Pablo es la irreverencia en la adoración. El asunto de usar velo o cubrir la cabeza, a pesar de parecer sin importancia, llegó a ser un problema muy serio porque el trasfondo cultural estaba en conflicto. Las judías siempre cubrían sus cabezas en la adoración. Una mujer que no cubriera su cabeza en público reflejaba que había perdido su moral. Por otro lado, las griegas no acostumbraban cubrir sus cabezas para la adoración. En esta carta Pablo ya se había ocupado de las divisiones en la iglesia y de los desórdenes. Ambos temas estaban involucrados en todo eso. La solución de Pablo viene de su deseo de que exista unidad entre los miembros de la iglesia y que se rinda un culto apropiado. Aceptó la soberanía de Dios en la creación de reglas para todo tipo de relaciones.
Enfoca una actitud hacia la adoración en la iglesia. Aunque las instrucciones específicas de Pablo pudieran ser culturales, los principios tras sus instrucciones específicas son eternos, e incluyen el respeto por el cónyuge, la reverencia y actitud apropiada en la adoración, y un enfoque de vida dependiente de Dios. Si hace algo que ofenda fácilmente a otros miembros y pueda dividir la iglesia, entonces cambie su forma de promover la unidad en ella. Por eso Pablo les dijo a las mujeres que no se cubrían la cabeza que lo hicieran, no porque fuera un mandato de las Escrituras, sino porque libraba a la iglesia de dividirse en cuanto a un asunto insignificante que sólo servía para apartar la mente de la gente de Cristo.
En la frase "el varón es la cabeza de la mujer", cabeza no se usa para indicar control o supremacía, sino "la fuente de". Debido a que el hombre fue creado primero, la mujer deriva su existencia del hombre, como el hombre de Cristo y Cristo de Dios. Evidentemente Pablo estaba corrigiendo algunos excesos que las mujeres casadas corintias estaban requiriendo.
Sumisión es el elemento clave para el funcionamiento sin asperezas de todo negocio, gobierno o familia. Dios ordenó la sumisión en ciertas relaciones para prevenir el caos. Es esencial comprender que sumisión no es rendición, privación o apatía. Tampoco significa inferioridad, porque Dios creó a todas las personas a su imagen y semejanza y todas tienen el mismo valor. Sumisión es dedicación mutua y cooperación. Dios llama a la sumisión a todos por igual. No hizo al hombre superior, facilitó las cosas para que el hombre y la mujer trabajaran juntos. Jesucristo que es igual con el Padre, se sometió para llevar adelante el plan de salvación. De igual modo, en la forma como el hombre se somete a Dios, la esposa debiera someterse a su esposo por el bien de su matrimonio y su familia. Sumisión entre iguales es sumisión voluntaria, no
forzada. Servimos a Dios en estas relaciones actuando con sumisión a otros en nuestra iglesia, a nuestro cónyuge y a nuestras autoridades.
"La mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles" puede significar que la mujer debería cubrir su cabello como una señal de que está bajo la autoridad de un hombre. Este es un factor que los ángeles tanto entienden como observan en la alabanza cristiana.
Pablo, al referirse a cubrirse la cabeza y al largo del cabello, dice que los creyentes debieran actuar de tal manera que honren la cultura a la que pertenecen. En muchas culturas el cabello largo en los hombres es apropiado y masculino. En Corinto, se consideraba como un signo de prostitución masculina en los templos paganos. Y las mujeres con el cabello corto eran consideradas prostitutas. Pablo está diciendo que en la cultura corintia las mujeres deberían tener sus cabellos largos. Si para la mujer tener el cabello corto era signo de prostitución, significaba que una con el cabello así tendría mayor dificultad para presentar un testimonio creíble en favor de Cristo. Pablo no está diciendo que debiéramos adoptar todas las prácticas de nuestra cultura, sino que deberíamos evitar apariencias y conducta que nos aparten de nuestra meta, que es ofrecer un testimonio creíble de Cristo, y demostrar nuestra fe cristiana.
La cena del Señor es una representación visible de la muerte de Cristo por nuestros pecados. Nos recuerda la muerte de Cristo y la esperanza gloriosa de su regreso.
Pablo reconoce que pudieran existir diferencias entre los miembros de la iglesia. Cuando se transforman en divisiones resultan destructivos a la congregación. Aquellos que causan división sólo sirven para destacar a los creyentes genuinos.
Cuando se celebraba la cena del Señor en la iglesia primitiva, esta incluía una fiesta o una cena de compañerismo seguida por la celebración de la comunión. En la iglesia de Corinto llegó a convertirse en un tiempo de glotonería y de beber en exceso mientras otros estaban hambrientos. Incluía muy poco la caridad y el compañerismo. Ciertamente no era una demostración de la unidad y el amor que debe caracterizar a la iglesia, no era tampoco una preparación para la comunión. Pablo condenó estas acciones y recordó a la iglesia el verdadero propósito de la cena del Señor.
La muerte de Cristo en la cruz trajo consigo un nuevo pacto entre Dios y el hombre. Ahora todos sin excepción podemos acercarnos a Dios y comunicarnos con El.
Pablo da instrucciones específicas relacionadas con la forma en que debiera celebrarse la cena del Señor. Cuando Pablo dice que nadie debe tomar indignamente la cena del Señor, estaba dirigiéndose a los miembros de la iglesia que estaban participando de ella sin pensar en lo que realmente significaba. Todo aquel que actúa así "será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor". En lugar de honrar su sacrificio estaban participando de la culpa de los que habían crucificado a Cristo. En realidad, nadie es digno de participar de la cena del Señor. Todos somos pecadores salvados por gracia. Esta es la razón por la que deberíamos prepararnos para la cena por medio de una introspección saludable, confesión de pecado y el arreglo de diferencias con otros.
"Sin discernir el cuerpo del Señor" significa no entender lo que la cena del Señor representa y no distinguirla de una comida normal. Los que hacen esto se condenan a sí mismos.
"Muchos duermen" es otra forma de describir la muerte. Que alguno de ellos muriera puede ser un juicio sobrenatural sobre la iglesia en Corinto.
No debe tomarse con ligereza, este nuevo pacto le costó a Jesús su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario